La jornada laboral de 4 días en vez de 5 es un tema del que cada vez se habla más; aunque son muchas las empresas que no se atreven a implementarla, hay algunos estudios que dicen que mejora la productividad.

Esta jornada, sin duda, vendría muy bien para los afectados de EM que pueden trabajar, sobre todo para paliar la fatiga, que es un síntoma frecuente entre los afectados.

La semana de cuatro días laborales no cuaja (de momento) en España. Pero una conclusión clave es que la gente trabaja más eficientemente sus horas y aunque al principio muchos se sentían estresados con meter todas sus tareas en cuatro días en vez de cinco, con el tiempo esta sensación va disminuyendo y la gente deja de agobiarse. Por otro lado, algunos empleados van mejorando la salud física y mental según pasa el tiempo. Hay más satisfacción con su trabajo y la vida en general.
En múltiples disciplinas sociales, 4 días para trabajar, 3 para descansar, o hacer con ellos lo que pienses, está bien, aunque claro, esta cuestión no estaba en la mente de nuestros padres o abuelos, pero hoy es una posibilidad muy real y de hecho muchas empresas en los países más avanzados están empezando a implantarlo.
Yo, cuando empecé a trabajar, llegué a tiempo de vivir en una España en la que se trabajaba 6 días a la semana (el sábado trabajábamos de 9:00 a 14:00) y el único día libre era el domingo.
Al aparecer nuevos modelos de producción, todo cambia en las sociedades humanas. Por eso, todo lo que ha cambiado en el mundo en el último medio siglo tiene que ver o es consecuencia directa del final de la era industrial y del tránsito a la era tecnológica y, gracias a esa transformación que aún está a mitad de camino, hemos descubierto que es posible producir lo mismo o más y que los trabajadores y las empresas ganen lo mismo o más.
Hace unos meses se hizo una prueba en el Reino Unido con 4 días laborables, 32 horas semanales de trabajo. Lo que querían testar era el modelo que ellos llaman 100-80-100; Reducir el tiempo de trabajo al 80% manteniendo la productividad, los salarios y los beneficios de la empresa al 100%. Participaron 61 empresas de sectores diversos, desde un restaurante tradicional de fish and chips a una startup de robótica o un gran despacho de abogados.
El resultado fue que el 56% de esas empresas decidieron adoptar ese modelo y en muchas crecieron la productividad y los beneficios. Se redujo el absentismo laboral y se pudo también subir los salarios y contratar más gente para cubrir ese día extra que quedaba libre.
Así pues, en términos de racionalidad económica y de bienestar social, las ventajas de la semana de 4 días laborables superan de lejos a los inconvenientes para algunos sectores laborales y, por tanto, esto va a ser una práctica generalizada en muy poco tiempo. De hecho, la realidad va a ir por delante de la ley en este tema.
Y atención, esto sucede solo con la revolución digital, pensemos hasta dónde se puede llegar cuando irrumpa de lleno la inteligencia artificial, lo que sucederá muy rápidamente en los próximos 10 años. Da bastante vértigo esa idea de que todo cambie drásticamente con inteligencia artificial. Pensábamos que la robótica acabaría con la mano de obra, pero la tecnología se abre a la posibilidad de acabar con nuestra propia esencia: la inteligencia, que es nuestra alma, nuestro espíritu. Así que mejor no pensar.
Pero también hay que mirar los contras, y es que muchas personas tienen serios problemas para gestionar el tiempo libre, y que no siempre más tiempo libre trae más felicidad, sino a veces todo lo contrario.
Todos sabemos que hay jubilados felices y jubilados desgraciados, pero no me refiero a quienes dejan de trabajar por su edad, sino a personas cargadas de energía y en plenitud de facultades que no saben qué hacer con tanto tiempo libre, porque el trabajo es lo único que da sentido a sus vidas y no están acostumbrados a hacer otra cosa. Esto se da sobre todo en el ámbito de lo que podríamos llamar la alta competición profesional. Multimillonarios que siguen trabajando 16 horas diarias, estrellas del rock con 80 años que siguen girando por el mundo y haciendo 100 conciertos al año. Si ellos paran, se mueren.
Si hay una cosa cierta es que el trabajo pone orden en tu vida, desde que te levantas hasta que te acuestas, sabes exactamente lo que tienes que hacer a cada hora del día, pero el ocio no es tan sencillo ordenarlo. Además, hacer lo que quieras cuando quieras te obliga a tomar muchas decisiones cada día y tampoco estamos habituados a tomarlas. Preferimos normalmente que nos las den hechas. Por otra parte, está comprobado que con el aumento del tiempo de ocio pueden aumentar también las adicciones de todo tipo, empezando por la adicción a las pantallas, pasando por la adicción al juego, al tabaco o a las drogas.
Se reduce el estrés del trabajo, es cierto, pero eso no significa que la vida ociosa sea necesariamente más saludable. De hecho, es frecuente que el ocio mal gestionado produzca depresiones y otros trastornos psíquicos; Para mucha gente más tiempo libre significa más soledad y una restricción drástica de sus relaciones sociales. Es evidente que disponer de más tiempo libre favorece a la conciliación, que es un gran problema de nuestra sociedad pero, seamos sinceros, también lo es que la sobreexposición a la familia posee propiedades destructivas, como sucede con el conocido efecto septiembre, que consiste en que después de cada periodo de vacaciones se disparan los divorcios. Así que la semana de 4 días de trabajo y 3 de ocio tendrá inevitable, y afortunadamente, partidarios y detractores, y con ella diversos tipos de personas aumentarán su tiempo de trabajo y sus ingresos, que serán los organizadores de viajes cortos fuera de temporada, los psicólogos, los psiquiatras y los abogados especializados en divorcios.
En fin, cuando creemos haberlo visto todo, la vida nos sorprende con una cosa nueva, pero veamos siempre la vida en positivo, pues, sin duda, tendremos menos riesgo de minar nuestra salud.

Miguel Ángel Bueno