La Ataxia es el trastorno caracterizado por la disminución de la capacidad de coordinar los movimientos, manifestándose como temblor de partes del cuerpo durante la realización de movimientos voluntarios, como dificultad para realizar movimientos precisos o como dificultad para mantener el equilibrio.
La ataxia no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma característico de más de trescientos procesos degenerativos que cursan además de ataxia otros muchos síntomas (deformidades esqueléticas, cardiopatías, diplopia, disartria, distonía muscular, diabetes, disminución sensorial, infecciones pulmonares por atragantamientos, linfomas y leucemias, etc), que varían según el tipo de ataxia. También aparece como uno de los síntomas de la esclerosis múltiple.
La causa de la ataxia en la esclerosis múltiple reside en un daño en las fibras nerviosas del cerebelo, una región del cerebro que recibe mensajes de todas las estructuras que se ocupan de coordinar el movimiento. Al recoger la información que se transmite desde distintas partes del cuerpo, como los ojos o las extremidades, el cerebelo interpreta nuestra posición y modula una respuesta coordinada; cualquier fallo en la recepción de estas señales hace que se pierda el adecuado control sobre los movimientos.
Aproximadamente el 80 por ciento de personas con EM sufre algún grado de ataxia en algún momento, aunque para la mayoría no tiene un impacto muy severo y la persona puede funcionar con independencia.
También es importante destacar los temblores que, aunque menos frecuentes, pueden resultar más incómodos de manejar. Se trata de movimientos involuntarios e incontrolados que aparecen en las extremidades cuando se realiza una acción o se asume una postura estática. El origen de este síntoma es un daño en fibras del cerebelo, de manera similar a lo que ocurre en la ataxia, pero se sabe que el temblor puede empeorar con el estrés, por lo que podría haber otras áreas implicadas.
Tipos de ataxía
Hay diversos tipos de ataxia, y cada uno afecta de una manera específica a la coordinación muscular:
Dismetría- Una forma de ataxia que se caracteriza por la imposibilidad de realizar un movimiento a la distancia correcta (asir objetos o tocarlos con los dedos, por ejemplo), llevando el cuerpo demasiado lejos o demasiado cerca del objetivo. Las personas con daño en el cerebelo suelen calcular por exceso cuando se mueven con rapidez, y quedarse cortos al moverse despacio.
Disdiadococinesia- Se caracteriza por la imposibilidad de realizar movimientos rápidos alternantes. La condición parece consecuencia de un control alterado de los músculos simétricos.
Asinergia- Para los pacientes con asinergia no es posible combinar los componentes de un movimiento de forma que se cree un desplazamiento fluido. Los movimientos parecen torpes y alterados.
Hipotonía- Es el tono muscular exageradamente reducido.
Nistagmo- Movimientos oculares alterados.
Disartría- Dificultad para articular palabras. El habla resulta poco clara, tiende a ser un problema particularmente frustrante para los pacientes, ya que dificulta de forma considerable la comunicación. En algunos pacientes este síntoma va acompañado de dificultad para tragar.
Temblor en los movimientos que remite cuando los músculos están en reposo.
Tratamiento
En cuanto al manejo de estos síntomas, hay que saber que la ataxia puede disminuir con programas de rehabilitación específicos para fortalecer la musculatura afectada, ya que la debilidad causada por la falta de ejercicio empeora la ataxia.
Dado que no hay fármacos eficaces para tratar estos síntomas, mantener una buena forma física es la mejor estrategia para mejorar la coordinación y el equilibrio.
Para aquellos casos de ataxia con problemas de equilibrio o con temblores, la asistencia de un terapeuta ocupacional puede orientar sobre maniobras de compensación o algún elemento de adaptación. En caso necesario, usar ayudas para caminar puede evitar el riesgo de caídas.
Hay estrategias para mejorar el control de los temblores, como usar pequeñas pesas en las muñecas o enfriar los músculos de los brazos durante unos minutos para facilitar la precisión de los movimientos durante una comida u otra tarea.
También se pueden compensar los temblores y mejorar la precisión si se usa la visión periférica para enfocar el objeto que se desea alcanzar en lugar de dirigirse a él mirándolo directamente.
Cris Bajo
Fuentes:
Federación de Ataxias de España https://fedaes.org
www.conlaem.es/