Seguimos siendo demasiados

Cada año los datos que se ofrecen sobre esclerosis múltiple nos muestran un contante incremento de los casos diagnosticados. Pese a esta incidencia mayor, la detención precoz y los nuevos tratamiento nos permiten cierto optimismo en cuanto a la evolución de la enfermedad.

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La esclerosis múltiple sigue siendo la primera causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes, y también existen casos de esclerosis múltiple pediátrica (solo el 5% de los pacientes que sufren esclerosis múltiple debutan antes de los 18 años) o de esclerosis múltiple de comienzo tardío, con inicio posterior a los 50 años, aunque son muy poco frecuentes en España.

Se estima que en el mundo padecen Esclerosis Múltiple unos 2,5 millones de personas, y que en Europa afecta a unas 700.000 personas. En España, los estudios de prevalencia más recientes indican que la frecuencia de la enfermedad ha aumentado progresivamente a lo largo de las últimas décadas, hasta alcanzar en la actualidad los 80-180 casos por 100.000 habitantes. Según estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN), actualmente habría en España más de 50.000 afectados por Esclerosis Múltiple. Además, se trata de una enfermedad que cada vez con más frecuencia afecta a un mayor número de mujeres, 3 de cada 4 pacientes son mujeres, quienes además tienen más probabilidades de comenzar con los síntomas de forma más precoz y de tener más brotes que los hombres.

El inicio precoz del tratamiento y la evaluación temprana de la respuesta terapéutica son básicos para mejorar el pronóstico de los pacientes con esclerosis múltiple, Lejos quedan por fin aquellos tiempos en los que se podía tardar hasta 20 años en el diagnóstico.

Tal y como explica el Dr. Miguel Ángel Llaneza, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología, “aunque existen varias formas de presentación y evolución de la Esclerosis Múltiple, y los síntomas de la enfermedad varían enormemente -desde hormigueos, adormecimiento de uno o más miembros, a pérdida de agudeza visual, debilidad, dolor, fatiga o rigidez muscular- en un 85% de los casos, lo más frecuente es que la enfermedad se presente en ‘brotes’, es decir, la aparición brusca de nuevos síntomas neurológicos”.

Las causas que hacen que se inicie esta enfermedad aún no están claras. “Parece producirse por una respuesta autoinmune anómala en individuos genéticamente predispuestos, sobre quienes ciertos virus o factores ambientales, como el virus de Epstein-Barr, el tabaco, los niveles bajos de vitamina D o un elevado índice de masa corporal durante la adolescencia, podrían influir en el desarrollo y la progresión de la enfermedad. Y todo parece indicar que las mujeres muestran una mayor susceptibilidad hacia éstos”, indica este especialista.

Según estimaciones de la Sociedad España de Neurología, y según los estudios más recientes, cada año se producen más de 1.900 nuevos casos de Esclerosis Múltiple en España, siendo una enfermedad que ya registra una incidencia de 4,2 nuevos casos anuales por 100.000 habitantes. España es, por lo tanto, un país con una prevalencia e incidencia de la enfermedad media-alta.

Y aunque no hay que olvidar que la esclerosis múltiple sigue siendo una enfermedad grave, el diagnóstico más temprano -actualmente se estima entre uno y dos años desde el inicio de los síntomas-, y la mayor efectividad y comodidad de los tratamientos han determinado mejoras en la evolución de la enfermedad. Así lo muestra un estudio recientemente presentado en la LXXI Reunión Anual de la SEN, Impacto Sociosanitario de la Esclerosis Múltiple (EM) en España: Cambios en la percepción del paciente en la última década, realizado sobre 500 pacientes en más de 60 hospitales españoles en los que, en la última década, se aprecia una mejora percibida en el estado de salud general, una disminución del grado de discapacidad y necesidad de ayudas, y una mayor aptitud laboral entre pacientes socio-demográficamente comparables de esclerosis múltiple.

Empezamos el año, por tanto, relativamente optimistas en cuanto a la evolución de nuestra patología. Sin embargo, es muy largo el camino que queda aún por recorrer para encontrar una cura efectiva. La clave para conseguir un futuro mejor sigue siendo la investigación que no puede olvidar el tratamiento sintomático de la enfermedad para que tengamos una mejor calidad de vida.

Cris Bajo

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