Después de recibir el diagnóstico «demoledor» de nuestra enfermedad lo primero que pensamos es que sólo nos queda empeorar. Pero no todas las formas de esclerosis evolucionan igual.Veamos las estadísticas.
La esclerosis múltiple es la primera causa de discapacidad sobrevenida en adultos jóvenes, ya que suele afectar a personas entre 20 y 45 años. Los métodos de diagnóstico están mejorando pero aún se desconoce el origen.
De forma individual es muy difícil saber la evolución ya que la esclerosis múltiple es una enfermedad con gran variabilidad. De una forma muy general, raras veces acorta la vida del paciente.
Al cabo de 15 años de evolución el 30% de los enfermos pueden llevar una vida independiente y activa laboralmente y alrededor del 50% requieren algún tipo de asistencia para deambular, mientras que en torno a un 23%, necesita silla de ruedas.
Algunos signos clínicos y factores que sugieren un pronóstico o curso más favorable
– Número de brotes en los primeros cinco años de la enfermedad. (Cuanto menor es el número de brotes la probabilidad de que la evolución sea favorable es mayor).
– Ausencia de incapacidad funcional a los cinco años de evolución de la enfermedad y grado de recuperación de los brotes.
A una recuperación total se asocia un mejor pronóstico.
– Comienzo temprano, la edad. (Con exclusión del comienzo en la infancia) y curso en brotes.
En pacientes jóvenes la esclerosis múltiple progresa de forma más lenta.
El comienzo tardío, 40 años o más, y un curso progresivo entrañan peor pronóstico.
– Primer brote de tipo sensitivo, con entumecimientos y hormigueo.
– Ser mujer.
– Grado de recuperación del primer brote, (Mejor pronóstico cuando la recuperación es completa y la presentación inicial es remitente-recurrente).
– Tiempo transcurrido desde la presentación de la enfermedad hasta el segundo brote (Cuanto mayor sea plazo mejor pronóstico).
– No fumar.
– No haber estado expuesto al virus de Epstein-Barr.
– No haber sido obeso durante la adolescencia.
– No vivir en un país del hemisferio norte.
– Antecedentes familiares con esta enfermedad.
Una investigación llevada a cabo entre pacientes españoles desvela que casi 3 de cada 4 afectados ven mermada su productividad laboral como consecuencia de la esclerosis, atribuyéndolo fundamentalmente a la fatiga. (Mayo 2018, Sociedad Española de Neurología).Finalmente cabe destacar que algunos pacientes con esclerosis múltiple tienen una forma benigna de la enfermedad y nunca sufren discapacidad neurológica.
Tal y como señala la Dra. Esther Moral, Coordinadora del «Grupo de Estudio de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología», aunque se ha avanzado mucho, hay que tener en cuenta que siguen existiendo un número importante de pacientes con formas agresivas, a los que la enfermedad les limitará su calidad de vida y pacientes que ya presentan discapacidad adquirida, para la que aún no hay tratamiento que nos permita revertirla. Por esa razón, la esclerosis múltiple sigue siendo una enfermedad por la que hay que seguir trabajando para conseguir nuevos tratamientos.
Evolución de la esclerosis múltiple
Existen cuatro tipos de evolución de la esclerosis múltiple según el tipo de enfermedad.
– FORMA REMITENTE-RECURRENTE, esta forma, que cursa con brotes, es la forma más frecuente. Supone un 85% de los casos. Se caracteriza por secuencias de brotes de disfunción neurológica que ceden completamente en días y semanas. A medida que se repiten pueden dejar secuelas neurológicas.
Para considerarlo brote, los síntomas tienen que durar por lo menos 24 horas; además, para considerar dos brotes distintos, tienen que afectar a distintas zonas y que haya un intervalo de al menos un mes entre ambos.
Muchos de estos casos evolucionan a la forma SECUNDARIA PROGRESIVA, de tal forma que a los 10-15 años del desarrollo en brotes, de repente se produce un deterioro progresivo continuo, sin experimentar recaídas de forma clara.
– FORMA PRIMARIA PROGRESIVA
En esta forma los pacientes no experimentan brotes sino un deterioro funcional constante desde el inicio de la enfermedad.
Se da en el 10% de los pacientes con esclerosis múltiple, y es la forma con más difícil diagnóstico ya que carece de los brotes ‘»típicos» de la esclerosis múltiple.
En un estudio de 2005 se observó que un cuarto de las personas con este tipo de enfermedad requerían algún apoyo para caminar a los 7,5 años del diagnóstico.
Otra cuarta parte sólo necesito ésto transcurridos 5 años.
– FORMA PROGRESIVA RECURRENTE.
En este caso los pacientes presentan un deterioro progresivo desde el principio, pero en el transcurso de la enfermedad aparecen brotes.
Se da en el 5% de los casos.
Carmen López
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