Resonancia magnética, clave en el diagnóstico

Para un correcto diagnóstico de la esclerosis múltiple la prueba más determinante es la resonancia magnética. Aunque no es una prueba definitiva, es la que permite a los especialistas aproximarse más directamente a nuestro sistema nervioso central y observar la presencia de lesiones desmielinizantes.

 

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Los estudios con imágenes por resonancia magnética (IRM) usan un gran imán y ondas de radio para observar órganos y estructuras que se encuentran en el interior del cuerpo. Los profesionales de la salud utilizan estas imágenes para diagnosticar una variedad de afecciones, desde rupturas de ligamentos hasta tumores. Las imágenes por resonancia magnética son muy útiles para examinar el cerebro y la médula espinal.

Durante el escaneo, el paciente se acuesta en una mesa que se desliza dentro de un aparato con forma de túnel. La realización del estudio suele ser larga y debemos permanecer inmóviles. La exploración no causa dolor. La máquina de IRM hace mucho ruido. El técnico puede ofrecerle tapones para los oídos.

Antes de realizarse un estudio, hay que indicar si:

  • Estás embarazada
  • Tienes piezas de metal en su cuerpo.
  • Tienes dispositivos electrónicos o metálicos en el cuerpo, como un marcapasos cardíaco o una articulación artificial

 

Contraste

Para el diagnostico de la EM, en la mayoría de los casos se utiliza contraste. Los materiales de contraste, también llamados agentes de contraste o medios de contraste, son usados para mejorar fotografías del interior del cuerpo producidas por rayos X, tomografía axial computada (TAC), resonancia magnética nuclear (RMN), y ultrasonido. A menudo, los materiales de contraste permiten al radiólogo distinguir las condiciones normales de las anormales.

Los materiales de contraste no son tintas que cambian el color de los órganos internos permanentemente. Son substancias que cambian temporalmente la forma en que los rayos X u otras herramientas para generar imágenes interactúan con el cuerpo.

Cuando se introducen en el cuerpo, previo al examen por imagen diagnóstica, los materiales de contraste hacen que ciertas estructuras o tejidos del cuerpo se vean diferentes de lo que se verían si el material de contraste no hubiera sido administrado. Los materiales de contraste ayudan a distinguir o «contrastar» las áreas del cuerpo seleccionadas de los tejidos circundantes. Los materiales de contraste ayudan a los médicos a diagnosticar condiciones médicas ya que mejoran la visibilidad de órganos específicos, vasos sanguíneos o tejidos.

Existen varios tipos de materiales de contraste:

Los compuestos yodados y los de sulfato de bario son usados en los exámenes por imágenes de rayos X y tomografía axial computada (TAC).

Los materiales de contraste pueden tener una estructura química que incluye el yodo, un elemento químico presente en la naturaleza. Estos materiales de contraste pueden ser inyectados dentro de venas o arterias, entre los discos o los espacios fluidos de la columna vertebral, y dentro de otras cavidades corporales.

El sulfato de bario es el material de contraste más común que se toma por boca o vía oral. Se lo usa también por vía rectal y está disponible en varias formas, que incluyen: polvo, que se mezcla con agua antes de administrarlo, líquido, pasta o tableta

Cuando los materiales de contraste yodados y de sulfato de bario están presentes en un área específica del cuerpo, bloquean o limitan la capacidad de los rayos X para pasar a través de esa área. Como resultado, los vasos sanguíneos, órganos y otros tejidos corporales que contienen temporalmente compuestos yodados o de bario cambian su apariencia en las imágenes de rayos X o por TAC.

1.jpgEl gadolinio es el componente clave en los materiales de contraste usados más a menudo en los exámenes por resonancia magnética (RM) para la esclerosis. Cuando esta substancia está presente en el cuerpo, altera las propiedades magnéticas de las moléculas de agua cercanas, aumentando la calidad de las imágenes por RM.

La solución salina (agua salada) y el gas (como por ejemplo, el aire) también son usados como materiales de contraste en los exámenes por imagen. Se han administrados burbujas y esferas microscópicas para exámenes por imágenes de ultrasonido, especialmente en exámenes del corazón.

Información que aporta la resonancia magnética en el diagnóstico

La prueba más determinante, capaz de detectar placas o cicatrices que podrían estar causadas por la Esclerosis Múltiple, es la resonancia magnética (RM). La RM permite obtener de forma no invasiva imágenes muy precisas del cerebro y ha supuesto un avance clave en el diagnóstico de esta enfermedad neurodegenerativa.

La resonancia magnética no emplea radiación, sino magnetismo y ondas radioeléctricas. Campos magnéticos potentes interactúan con los átomos de hidrógeno del agua que contienen todos los tejidos y fluidos del organismo. Las señales de radiofrecuencia hacen que estos átomos de hidrógeno liberen energía, y las computadoras traducen los cambios en imágenes seccionales cruzadas.

1Es un procedimiento de exploración muy sensible y puede producir imágenes de lesiones o de zonas dañadas que pasarían inadvertidas con un escáner.

Sin embargo, como toda prueba diagnóstica, la RM tiene limitaciones. Así, una RM anormal no implica, necesariamente, que exista Esclerosis Múltiple. Hay otras afecciones que causan lesiones cerebrales muy similares a las que produce la EM. Y a la inversa, una RM con resultado normal no descarta por completo la existencia de Esclerosis Múltiple. En un 5% de pacientes en quienes se ha confirmado el diagnóstico de Esclerosis Múltiple en base a otros criterios, la RM no muestra lesiones en el cerebro. Estas personas pueden presentar lesiones en la médula espinal o pueden incluso tener lesiones que no puedan ser detectadas mediante la RM.

¿Puede predecir cómo va a evolucionar la enfermedad?

Una nueva investigación publicada en la revista Brain ha revelado que las primeras imágenes por resonancia magnética (IRM) se pueden utilizar para predecir los resultados a largo plazo en las personas con Esclerosis Múltiple remitente recurrente (EMRR).

En el estudio, los investigadores  analizaron las imágenes de resonancia magnética realizadas cuando las personas fueron diagnosticadas por primera vez con síndrome clínico aislado (SCA). Las personas con SCA han experimentado un episodio de síntomas neurológicos, y a menudo son diagnosticadas con Esclerosis Múltiple.

15 años después de que se tomaran las imágenes de resonancia magnética por primera vez, los investigadores evaluaron la discapacidad de los participantes, utilizando medidas que incluyen la Escala Expandida del Estado de Discapacidad (EDSS).

Los investigadores descubrieron que estas primeras exploraciones de resonancia magnética contenían signos de progresión futura. Descubrieron que el daño temprano en la médula espinal era una señal de que las personas tenían muchas más probabilidades de desarrollar la Esclerosis Múltiple progresiva secundaria (EMSP). Y tener una resonancia magnética de la médula espinal no solo ayudó con el diagnóstico, sino que también dio una idea del nivel de discapacidad que una persona probablemente desarrollaría en el futuro.

Los investigadores también encontraron una asociación entre las lesiones observadas en el cerebro en el momento del diagnóstico con SCA, y las capacidades físicas y cognitivas de una persona más adelante en la vida.

Cris Bajo

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