La mayoría de nosotros nos hemos enfrentado en algún momento de nuestro diagnóstico a una punción lumbar. Una prueba que, aunque en un principio asusta, no es especialmente traumática si se siguen los consejos de los neurólogos.
El líquido cefalorraquídeo (también conocido por su acrónimo CSF, del inglés “CerebroSpinal Fluid”), es un líquido transparente que circula por el cerebro y la médula espinal. Aunque la función más importante del líquido cefalorraquídeo es hacer de “amortiguador” del sistema nervioso central en general (por ejemplo, evitando que el cerebro impacte en el cráneo), en él también hay nutrientes y sustancias que se filtran de la sangre, así como residuos del cerebro. Por eso, examinar el líquido cefalorraquídeo puede ser útil para diagnosticar muchas enfermedades del sistema nervioso central, incluida la esclerosis múltiple.
Para obtener líquido que se analizará después en el laboratorio, se lleva a cabo la punción lumbar. Lo más normal es que la prueba se realice con el paciente tumbado sobre un costado. Después de limpiar la zona se administra una anestesia local para evitar el dolor con la punción. A continuación, se inserta una aguja fina y larga entre dos huesos de la parte baja de la columna vertebral, en el espacio por el cual circula el líquido cefalorraquídeo. Se extrae el equivalente a unas dos cucharadas de líquido con la jeringa para analizarlos después. El procedimiento suele completarse en media hora.
¿Para qué sirve la punción lumbar en el diagnóstico de la esclerosis múltiple?
El líquido cefalorraquídeo de las personas con esclerosis múltiple suele contener:
+ Niveles elevados de glóbulos blancos (pueden estar presentes en concentraciones hasta siete veces mayores que los niveles considerados normales; por encima de ese umbral, suele considerarse que hay una infección –como enfermedad de Lyme- y se descarta esclerosis múltiple)
+ Unas proteínas denominadas bandas oligoclonales (aunque su detección no significa de por sí que el paciente tenga esclerosis múltiple, se ha estimado que entre el 80 y el 95% de las personas con la enfermedad tienen este resultado en la punción lumbar). Las bandas oligoclonales son proteínas llamadas inmunoglobulinas. La presencia de estas proteínas puede apuntar e indicar inflamación del sistema nervioso central.
+ Ciertas proteínas que resultan de la destrucción de la mielina.
Pese a la información que aporta, la punción lumbar no es suficiente para diagnosticar esclerosis múltiple, ya que hay otras enfermedades que podrían dar lugar a resultados parecidos. Por otro lado, hay un 5-10% de pacientes con esclerosis múltiple en los que no se dan estos resultados. Es, por tanto, un elemento más a la hora de alcanzar un diagnóstico definitivo.
Efectos secundarios
Un efecto secundario frecuente del procedimiento (32%) es el dolor de cabeza, que puede persistir durante días. Lo más habitual es que se resuelva por sí mismo, pero puede complicarse.
Una recomendación habitual frente a la cefalea tras una punción lumbar es reposar durante varias horas después de la prueba y tomar líquidos con frecuencia.
Cris Bajo