Es muy común escuchar entre los afectados por esclerosis múltiple: “cada vez tengo menos memoria” o “me cuesta concentrarme”, esto lo solemos notar al leer, estudiar o simplemente en nuestro día a día, cuando vamos a una habitación de nuestra casa, abrimos el frigorífico y nos quedamos pensativos preguntándonos ¿a por qué venia yo aquí?

Normalmente, aunque en la esclerosis múltiple todos sabemos que un paciente no es igual a otro, por eso se la conoce como la enfermedad de las mil caras, entre el 45% y el 60% de los afectados tiene algún tipo de cambio cognitivos, estos síntomas en algunos casos pueden ser temporales y reversibles. Son más comunes en las personas que tienen mayor número de lesiones desmielinizantes. La pérdida de memoria y la falta de concentración son problemas cognitivos muy habituales en afectados por esclerosis múltiple, normalmente las manifestaciones en que se presentan son:

• Una capacidad reducida de concentración, imposibilidad de centrarnos en varias tareas al mismo tiempo
• Ralentización del pensamiento
• Despistes con horarios, fechas e incluso con acontecimientos importantes

Como todos los síntomas relacionados con la EM, la pérdida de memoria y la falta de concentración son el resultado de la degradación progresiva de la mielina y de las fibras nerviosas, estos procesos cognitivos están afectados como consecuencia del trastorno que se provoca en el envío de los mensajes que pasan a través de los nervios a las distintas áreas del cerebro que tiene placas de desmielinización.

 La depresión, el estrés, el dolor, la fatiga, la ansiedad, el nerviosismo, los espasmos musculares involuntarios y los brotes nos pueden acarrear dificultades cognitivas temporales, que según se reduzcan los síntomas, estas dificultades pueden mejorar.

El consumo elevado de alcohol, una mala alimentación, déficits vitamínicos, otras patologías asociadas y algunos medicamentos como tranquilizantes, somníferos, etc. también nos pueden afectar a la concentración, la memoria y el aprendizaje.

Un cambio en nuestra forma de vida, como dejar el trabajo, no participar en actividades estimulantes, dejas de hacer las tareas del hogar, puede dar lugar a mayores despistes. Es importante mantenernos activos de la forma que más nos guste.

La cognición es la manera en que:

• Centramos, mantenemos y dividimos la atención
• Aprendemos y recordamos cosas nuevas
• Pensamos, razonamos y resolvemos problemas
• Planeamos, llevamos a cabo y hacemos un seguimiento de las actividades
• Comprendemos y usamos el lenguaje
• Reconocemos, clasificamos y ubicamos los objetos en el espacio.

Si notamos que tenemos alguna dificultad cognitiva, lo mejor que podemos hacer es una rehabilitación neuropsicológica, que es la que se encarga de minimizar los efectos cognitivos, esta rehabilitación incluye:

• Practicar y mejorar las habilidades deterioradas, mediante sencillos ejercicios se consigue recuperar parte de las funciones deterioradas.
• Aprender a utilizar mejor nuestros puntos fuertes para sacarles mejor provecho.
• Enseñar métodos alternativos o estrategias compensatorias que nos ayudan en nuestro día a día
• Facilitar apoyo emocional para adaptarnos a las nuevas situaciones que se nos presentan
• Optimizar el uso de las habilidades que conservamos
• Recibir asesoramiento y apoyo por parte de familiares y amigos

La rehabilitación puede realizarse de forma individual o en pequeños grupos. En grupos se pueden expresar los pensamientos, preocupaciones y sentimientos sobre el problema y explorar ideas sobre cómo afrontarlo. También es interesante que acudan a estos grupos la pareja del afectado o algún miembro de la familia, ya que ellos también pueden estar preocupados por este tema y nos pueden ayudar a poner en práctica nuevas estrategias y técnicas.

Ángeles Glez.