Esta enfermedad crónica y degenerativa ha llegado para cambiarte la vida. ¿Es esto siempre malo? Creo que no.
Es un reto a superar que implicará un cambio profundo y drástico en nuestra vida. Una vez vencido y superado nos hará más fuertes y sabremos apreciar más el presente. Creo que la felicidad es compatible con esta enfermedad.
En cualquier caso «este» es un proceso irreversible y la negación o no querer ver la realidad no servirá de nada. Al contrario. experimentaremos aún más dolor.
Desde tiempos inmemoriales los hombres y las mujeres sabemos que tenemos que aprender a controlar nuestras emociones y pensamientos negativos y tratar de llevar una vida lo más tranquila y saludable posible sin sentimientos de odio, ira o rencor. Nuestra mente nos lo agradecerá y repercutirá en nuestra salud física.
Las enfermedades autoinmunes siguen siendo un misterio para la ciencia. Hasta el momento se conocen sus síntomas y desarrollo pero no su origen. La mayoría de ellas se puede tratar pero no curar. Es desconcertante porque es un ataque del cuerpo sobre sí mismo.
Se considera en la actualidad que son el resultado de múltiples factores, genéticos y ambientales y son abordadas como enfermedades «psicosomáticas». Son insidiosas y dañan la calidad de vida. Además, cuando acudimos al médico no nos dan ninguna respuesta o por lo menos no lo que queremos escuchar. A todo esto se añade la visión occidental de que cuerpo y alma son dos realidades diferentes… Pero cada vez está más claro que el plano físico y el espiritual es un concepto integral.
Algunas reflexiones.
Casi todos pasamos alguna vez en la vida por una fase de luto o duelo ante la pérdida de algo, un ser querido, una situación laboral, una relación de pareja o nuestra salud… y nos cuesta hablar de ello. Forma parte de la vida misma y la duración es distinta para cada persona. Seis meses, un año, nunca… No es algo que necesariamente logremos o debamos superar según los psicólogos.
Según la psicoterapeuta inglesa Cate Masheder, del «Oxford Development Center», uno de los gabinetes psicológicos más antiguos del Reino Unido, con más de veinte años de experiencia en el tratamiento de personas con stress y traumatismos emocionales y en fase de duelo,
el punto de partida para entender y aceptar esta pérdida es tolerar esa situación y el consecuente dolor como algo natural.
Para explicarlo visualmente Cate dibuja en un papel un círculo que representa a persona. Después empieza a colorearlo en su totalidad porque «cuando llega el proceso de duelo no hay ni una sola área de tu vida que no se vea afectada. Llega a cualquier parte de ti.
En el pasado pensábamos que con el paso del tiempo ese dolor se hacía más pequeño y desaparecía pero el enfoque actual es que el dolor se mantiene tal y cómo esta, pero nuestra vida crece alrededor de él. Es como si nuestra vida se empezara a desarrollar en otro círculo concéntrico más grande pero siempre alrededor del dolor en el centro.
Así, aunque experimentamos muchas cosas nuevas en nuestra existencia, el duelo se queda dentro. Y en ciertos momentos, como los cumpleaños, aniversarios u otras ocasiones volvemos a sumergirnos otra vez en el dolor. Después cuando esa fecha pasa vuelves a recordar la otra parte de tu vida, ese círculo concéntrico más amplio.
Ese círculo de dolor no se queda para siempre igual de oscuro. De alguna manera cambia de forma y se vuelve menos rígido pero se queda ahí según va pasando el tiempo. Es decir que no superas el duelo ni lo dejas atrás realmente sino que aprendes a que forme parte de tu vida».
Etapas del duelo
Desde 1969 se sigue este modelo ideado por la psiquiatra suizo-estadounidense Elizabeth Kübler-Ross.
1. Etapa de la negación. Amortigua en un primer momento el golpe pero no puede ser indefinida porque en algún momento chocará con la realidad.
2. Etapa de la ira. Sentimientos de rabia y resentimiento. Búsqueda de culpables o responsables.
3. Etapa de la negociación. Se fantasea con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho en cuestión.
4. Etapa de la depresión. Algunas personas encuentran que con la pérdida que han experimentado no tienen incentivos para seguir viviendo.
5. Etapa de la aceptación. Se aprende a vivir con el dolor emocional producido por la pérdida. Con el tiempo se recupera la sensación de experimentar alegría y placer.
No es una tabla rígida ni se pasan en este orden específico todas las etapas según indican los especialistas.
Carmen López
Fuentes, BBC World.
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