Estos dos conceptos juntos aparentemente no tienen ningún sentido, ya que cuando actuamos de forma consciente y tranquila, pensamos muy bien lo que hacemos, otra cosa muy distinta es cuando las emociones afloran, entonces en la mayoría de las ocasiones nos regimos más por el corazón que por la cabeza. Sin embargo en los últimos años se habla mucho de Inteligencia Emocional, pero sabemos ¿de qué se trata?, ¿Qué relación tiene con la esclerosis múltiple?. Los psicólogos lo consideran muy interesante para abordar el trabajo en equipo.
Han sido muchos los autores que a finales del siglo XX, que han estudiado e investigado sobre los diferentes tipos de inteligencia. Howard Gardner acuño el término “inteligencias múltiples”, considerando que ser inteligente no es solamente tener un alto coeficiente intelectual, también hizo la distinción entre “inteligencia interpersonal” e “inteligencia intrapersonal”. Después Peter Salovey y John Mayer unieron estos dos conceptos y empezaron a hablar de inteligencia emocional. Según ellos poseer inteligencia emocional significaba reunir tres cualidades principales:
-Percibir las emociones propias y las de loa demás.
-Comprender esas emociones que se han persibido, tanto en la propia persona como en las otras, es lo que conocemos como empatía.
-La capacidad de regular esas emociones y afectos previamente percibidos y comprendidos.
Un tiempo más tarde estos mismos autores propusieron una nueva clasificación de cuatro procesos implicados en la inteligencia emocional:
– Percepción, valoración y expresión de la emoción
– La emoción facilita el pensamiento
– Entender y analizar las emociones, emplear el conocimiento emocional
– Regulación de las emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual
A raiz del best seller literario “Inteligencia Emocional”, escrito por el psicólogo, periodista y divulgador científico Daniel Goleman, se conoce más por el público en general este tema. En este libro se habla de los modelos mixtos y de las cinco capacidades básicas de la inteligencia emocional que todos deberíamos conocer y poner en práctica:
AUTO-CONCIENCIA EMOCIONAL: Reconocer y dar nombre a las propias emociones Es cuando nosotros mismos podemos identificar y poner nombre a las emociones que sentimos, entonces podemos iniciar un proceso terapéutico. Muchas veces llamamos enfado al impacto emocional que nos supone el diagnóstico de la enfermedad, y lo podemos expresar en forma de enfado hacia el personal sanitario, nuestros familiares e incluso con nosotros mismos. Este enfado puede ser una tristeza profunda, a raíz de la noticia solemos escuchar “tienes que ser fuerte, tu puedes con todo” y es esa tristeza de no poder expresarnos es la que nos hace enfadarnos y sentir que nuestras fuerzas se agotan y que no vamos a poder afrontar la enfermedad. Identificar las emociones es de suma importancia tanto por parte del afectado como de los familiares ya que van a estar con nosotros en el día a día en el proceso de la enfermedad, y nos pueden ayudar a llevar una buena gestión de las emociones y un gran apoyo que es muy importante tener.
AUTO-REGULACIÓN: Saber manejar las propias emociones. Nunca vamos a poder elegir nuestras emociones, pero debemos aprender a conducir nuestras reacciones emocionales. Si sabemos identificar las emociones que sentimos en un momento dado, podremos gestionarlas de una forma adecuada. Si somos capaces de manejar lo que conocemos, utilizaremos las herramientas adecuadas para cada momento.
AUTO-MOTIVACIÓN: Utilizar el potencial que tenemos cada uno de nosotros. Todos tenemos potenciales diferentes y es importante conocerlos y utilizarlos en los momentos de bajón para lograr recuperarnos y continuar luchando.
EMPATÍA: Saber ponerse en el lugar de otras personas. No todas las personas tienen empatía hacia sus semejantes, para tenerla se requiere predisposición para aceptar las emociones, saber escuchar y comprender tanto los pensamientos como los sentimientos que muchas veces no se expresan verbalmente. Es totalmente distinto escuchar para comprender al otro, que escuchar para responderle. Los afectados tenemos nuestros propios sentimientos y emociones y las personas que tenemos cerca es importante que estén con nosotros y no para nosotros.
HABILIDAD SOCIAL: Crear relaciones sociales. Es imprescindible que tengamos un trato satisfactorio con otras personas, para ello tenemos que crear y cultivar las relaciones con otras personas, debemos reconocer nuestros propios conflictos y solucionarlos, mantener siempre el tono adecuado e intentar percibir los estados de ánimo de las personas que ternemos cerca.
En esta enfermedad es muy normal encontrarnos con afectados que se sienten aislados por amigos, familiares y compañeros. También los familiares sufren la misma inseguridad que nosotros, y es muy complicado expresar en círculos cercanos que pasara de aquí en adelante.
Las relaciones sociales se van a ver salpicadas de una u otra forma por esta patología, pero no debemos ni podemos huir de ellas, sino aprender una forma de relacionarse, abrir nuevos caminos, ante las dificultades todos debemos aprender a afrontarlas y si nosotros las afrontamos nuestros amigos, familiares y las personas que nos rodean aprenderán con nosotros.
La inteligencia emocional es un decisivo concepto que nos interesa aplicar en nuestra vida, en nuestras relaciones y en el modo de ver el mundo que nos rodea