Incontinencia fecal: un trastorno con solución

1En el curso de la enfermedad, los pacientes con Esclerosis Múltiple pueden presentar tanto disfunciones vesicales como intestinales. Entre otras consecuencias negativas, estas alteraciones provocan trastornos de incontinencia fecal y urinaria que dificultan la capacidad del paciente para desarrollar con normalidad su vida social.

 

La incontinencia fecal, es un trastorno que se da en algunos afectados de Esclerosis Múltiple, al igual que en otras patologías neurológicas. Se define como la incapacidad de retener las heces, líquidos o gases.

La incontinencia anal es una incapacidad de la que nadie quiere hablar porque causa vergüenza y muchos momentos embarazosos a las personas que la padecen, y que provoca problemas físicos y psicológicos que pueden causar rechazo social, aislamiento y alteraciones importantes en la calidad de vida, llegando a afectar a la vida personal, social y laboral.

Así mismo, la prevalencia de las disfunciones intestinales en pacientes de EM es mayor que en la población general, ya que más del 70 por ciento de ellos presenta desórdenes de la defecación, tanto estreñimiento como incontinencia fecal, o una combinación de ambos síntomas. En los pacientes con Esclerosis Múltiple, las alteraciones en la función del esfínter anal, de distensión o de inhibición, contribuyen a la incontinencia o impiden la defecación.2

No hay un perfil concreto de pacientes, afecta igual a adultos, ancianos, mujeres y hombres, incluso a niños. Angels Roca, presidenta de la Asociación para la Incontinencia Anal (ASIA), este trastorno puede surgir de diversos factores: desde partos difíciles a intervenciones quirúrgicas complejas, también puede deberse a enfermedades generales, como la diabetes, a problemas neurológicos, a malformaciones de nacimiento o a una enfermedad inflamatoria intestinal.

Angels Roca aconseja “dejar atrás las vergüenzas, tabúes y complejos y acudir al médico, ya que hay muchos tratamientos para ganar calidad de vida. La combinación perfecta sería la que conforman el paciente, ASIA, enfermería, coloproctólogo y fisioterapeuta”

María Torres Lacomba, directora del Grupo de Investigación de Fisioterapia en los procesos de Salud de la Mujer(FPSM) de la Universidad de Alcalá, cree que “la fisioterapia, a través de la educación terapéutica y de la mejora de las cualidades neuromusculares del suelo pélvico, así como de la correcta gestión de las presiones intraabdominales, permite el automanejo de los síntomas por parte del paciente, mejorando con ello la sensación de autoeficacia percibida y la motivación por el tratamiento”.

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El fisioterapeuta debe formar parte del equipo interdisciplinar para atender este trastorno. Muchas veces dejamos pasar el tiempo y acudimos al fisioterapeuta después de sufrir años con síntomas, limitaciones funcionales y con restricciones en nuestras actividades cotidianas, incluso sometiéndonos a distintos abordajes que no consiguen resolver el problema de forma satisfactoria.

La fisioterapia pelviperineal, que no solo aborda la citada zona sino también la gestión de las presiones intraabdominales, e incluye la educación terapéutica, aborda los síntomas, y facilita y acompaña el cambio de comportamiento de salud del paciente, ayudándole a adoptar nuevas normas de salud y a reconstruir su nueva identidad.

Los ejercicios musculares perineales, la electroestimulación del tibial posterior, el biofeedback (aprender a controlar nuestro cuerpo para mejorar la salud, tanto física como mental) y la gimnasia hipopresiva son algunos de los muchos tratamientos beneficiosos para este problema. En muchos casos se puede mejorar muchísimo o, incluso totalmente.

Cuando el fisioterapeuta aborda la musculatura del suelo pélvico de la persona afectada, de forma paralela, explora y trata el abdomen y el diafragma, esto lo podemos seguir trabajando de forma activa con ejercicios que nos enseña el fisioterapeuta. También puede utilizar distintas terapias, dependiendo del grado de afectación como sondas rectales, electroestimulación, relajación manual para eliminar puntos gatillo, el biofeedbacck que nos ayuda a tener conciencia de si los músculos están relajados o si hemos sido capaces de contraer totalmente y de mantener la contracción, nos ayuda a entender que está pasando en nuestro cuerpo y tenemos la información objetiva de lo que estamos realizando y la evolución que hay.

También es importante que nuestro médico conozca el problema, en muchas ocasiones no nos suelen preguntar por ello y nosotros como pacientes y en muchas ocasiones por vergüenza tampoco abordamos el tema.

Debemos dejar de lado la vergüenza y abordar el tema con total naturalidad con los profesionales adecuados, ya que nuestra calidad de vida debe ser lo prioritario.

Ángeles Glez.

Fuente: Revista 30 días

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