Las personas que padecen esclerosis múltiple, una enfermedad compleja, pueden experimentar síntomas leves o severos. Podemos percibir cambios en la forma de pensar, de hablar, en las emociones, en el comportamiento y en la personalidad. Son cambios difíciles de diagnosticar y no afectan a todos de la misma manera. Por ello, los familiares y amigos deben comprender estos cambios y el afectado, debe intentar controlarlos en la medida de lo posible. Las circunstancias sociales, económicas y familiares pueden influir en la salud emocional.

El cuadro clínico de la esclerosis múltiple incluye toda una serie de síntomas neurológicos, cognitivos y psiquiátricos, que van a afectar a casi todas las áreas de funcionamiento del individuo, provocando una serie de discapacidades tanto físicas como mentales, que a su vez traerán como consecuencia importantes cambios emocionales y en el estilo de vida.

El desarrollo de la clínica psiquiátrica relacionada con las emociones y la conducta se presenta a lo largo de la evolución de la enfermedad, sobre todo en fases avanzadas, siendo muy poco frecuente su aparición en el debut de esta afección neurológica.

Estos cambios emocionales y de personalidad pueden ser producto de los sentimientos que provoca el diagnóstico; tristeza, frustración o enfado… Pueden deberse también a alteraciones en algunas áreas del cerebro producidas por la pérdida de la mielina. O a los efectos secundarios de algunos principios o medicamentos para paliar los efectos de la enfermedad.

Evidentemente como sucede con el resto de los síntomas de la esclerosis múltiple, una enfermedad demasiado compleja, los cambios emocionales y de personalidad pueden presentarse y también remitir, en ocasiones durante largas temporadas.

Creo que estos cambios en la conducta y personalidad son temas «tabú» que evitamos hablar con nuestro médico.

Tras el diagnóstico

La reacción psicológica respecto al diagnóstico, que supone adaptarse a los cambios y a la incertidumbre puede ser muy difícil y puede provocar sentimientos de dolor, ansiedad, culpa, miedo, irritabilidad, tristeza, ira, frustración y enfado. O incluso una depresión. Así como las transformaciones que esta enfermedad conlleva en ámbitos de la vida como el laboral o el familiar, y la sensación de falta de control también provocan cambios psicológicos.

Los especialistas insisten en que no hay reacción ni correcta ni incorrecta; y que son diferentes en cada persona, desde la negación hasta…los trastornos del sueño…

Estos síntomas suelen desaparecer con el tiempo cuando la persona lo acepta y se adapta a la nueva situación. En cualquier caso es posible encontrar ayuda para poder vivir mejor con la enfermedad.

Causas orgánicas

La «propia» esclerosis múltiple provoca «cambios» en diversas partes del cerebro y la médula espinal. Las lesiones desmielinizantes pueden alterar el comportamiento y la personalidad de los afectados por esta enfermedad.
El tipo y la severidad de los cambios de personalidad en esclerosis múltiple dependen de cuáles sean las partes del cerebro afectadas por el daño en los tejidos nerviosos. En estos casos es la propia enfermedad la que provoca los síntomas. Se trata de trastornos totalmente involuntarios.

¿Cuáles son los «cambios emocionales y de personalidad» más frecuentes debidos a causas orgánicas?

– Depresión, tanto evidente como oculta o enmascarada, que es la que se esconde tras una alegría y felicidad aparente. Algunos signos de expresión son la ira, preocupación, impaciencia, culpabilidad o los pensamientos suicidas.

– Euforia, un estado de felicidad desligado de la realidad. El afectado muestra un estado de ánimo excesivamente optimista y alegre. No se perciben las cosas de forma realista, sobre todo en cuanto a sus capacidades; y es muy difícil ayudarle ya que no es consciente de su problema.

– A veces el paciente siente una gran tristeza.

– Cambios bruscos en el estado de ánimo.

– Ausencia aparente de sentimientos, aplanamiento afectivo. Muestra de indiferencia ante cualquier situación.

– Risa y llanto incontrolado y súbito, aunque la persona no se sienta triste ni haya sucedido nada que inspire la risa. Es la incontinencia afectiva o síndrome pseudobulbar.

– Fluctuaciones o inestabilidad emocional; estados de ánimo y sentimientos en constante cambio sin motivo o por motivos insignificantes.

– Fallos de juicio, ausencia de capacidad para analizar los síntomas o sus consecuencias.

– Desinhibición, conducta desinhibida. La persona ha perdido la vergüenza o el miedo que le impedía actuar de acuerdo con sus sentimientos, deseos o capacidades.

– Apatía, falta de iniciativa, ausencia de expresiones emocionales.

– Pérdida de conciencia o «insight». El afectado no es consciente de la enfermedad que padece y puede tener expectativas grandes e irreales respecto la rehabilitación. Si la pérdida es orgánica esta pérdida no se podrá recuperar. Si es parcial, el asesoramiento a familiares y amigos puede ser de gran ayuda para encontrar formas sutiles de recordar al afectado sus limitaciones y de centrarse en sus capacidades.

– Trastorno bipolar, enfermedad mental que provoca cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manías) y bajos (depresión).

– Trastorno adaptativo que provoca una respuesta psicológica a uno o varios estresantes identificables que comportan la aparición de síntomas emocionales o de conducta significativos clínicamente.

 

 

Cambios temporales producidos por los medicamentos

Algunos de los medicamentos que se utilizan para los síntomas de la esclerosis múltiple pueden provocar síntomas transitorios en el comportamiento o en el estado de ánimo.
Por ejemplo, en el caso de los corticoides, entre sus efectos secundarios se incluyen los cambios de humor y la ira, la emoción que se expresa a través del resentimiento o irritabilidad.

 

Tratamiento

– Medicación: Existen medicamentos que pueden ayudar a controlar estos síntomas de la esclerosis múltiple. Dependiendo de las características y las necesidades del paciente pueden ser fármacos de la familia de los antidepresivos u otros, en los casos de control de las emociones.
Siempre hay que hablar con el médico.

– Terapia cognitiva-conductual: Un especialista en salud mental proporciona al paciente técnicas y estrategias para encauzar los pensamientos negativos y convertirlos en impulsos positivos, cambiando de este modo su conducta.
Pueden ser sesiones individuales o en grupo.

– Enfoque cognitivo: Implica un análisis, habitualmente realizado por psicólogos, de los pensamientos del paciente y de sus efectos en su estado de ánimo.

Algunos estudios recientes han analizado los cambios de personalidad en esclerosis múltiple recurriendo a variables que sirven para evaluar la personalidad en función de ciertos rasgos e investigando si existe una relación entre los cambios de personalidad y las alteraciones cognitivas propias de la esclerosis múltiple.
En uno de estos trabajos se evaluó a los pacientes utilizando técnicas de dos disciplinas diferentes, la neurología y la neuropsicología. Los investigadores incluyeron en el estudio tanto observaciones propias como valoraciones de los pacientes.
Así hallaron alteraciones comunes en la personalidad de los pacientes con EM, entre las cuales señalaron:
– Neuroticismo o inestabilidad emocional, un rasgo de personalidad asociado a enfermedad mental, sobre todo a estrés y depresión.
– Reducción de la empatía.
– Tendencia excesiva a complacer a los demás.
– Perfeccionismo.
Cuando se llevaron a cabo pruebas psicológicas para predecir las alteraciones de la personalidad en esclerosis múltiple se constató que estos tests podrían ser muy útiles.
El hecho de que exista una relación entre dichos cambios de personalidad y la esclerosis múltiple sugiere que es posible que estas personas sufran síndrome del lóbulo frontal, según los investigadores.
(Fragoso ID, febrero 2017, Archivos de Neuropsicología Clínica)

Carmen López

 

FUENTES:
* www.conlaem.com
* www.observatorioesclerosismúltiple.com
* Personalidad, conducta y esclerosis múltiple. Cemcat, Hospital de día 2006.