El Teatro Pavón Kamikaze estrena Un enemigo del pueblo, una versión libre de Alex Rigola sobre el texto de Henrik Ibsen que plantea un montón de reflexiones en torno no solo a la sociedad en la que vivimos, sino también a nuestra responsabilidad ética como personas dentro de ella. Así se crea un debate muy interesante acerca de la libertad de expresión.
El pasado domingo asistí al teatro Kamikaze para ver la función Un enemigo del pueblo, una de las mejores funciones que he podido presenciar en mucho tiempo, obra en la que no existe representación ya que la historia se cuenta a los espectadores a los que se da la palabra después. La cuarta pared desaparece y el patio de butacas se convierte en una asamblea en la que cada uno opina libremente acerca de las cuestiones que se plantean. Es decir, el público no es un sujeto pasivo de la función sino que participa y vota activamente para decidir el rumbo de la función. De este modo, se formulan tres preguntas ¿Creéis en la democracia? ¿Pensáis que el Teatro Pavón Kamikaze debería decir lo que piensa, aunque eso supusiera perder subvenciones? Y la última y más importante: ¿Preferís ver la función o paralizarla como un acto reivindicativo a favor de la libertad de expresión?
Nao Albert, Israel Elejalde, Irene Escolar, Óscar de la Fuente y Francisco Reyes son los cinco actores que plantean la trama: el médico del Balneario y el hombre que prende la chispa del conflicto con unos informes que amenazan la bonanza de vive el pueblo; su hermana, que es también la alcaldesa de la localidad; dos periodistas que vierten sus ideas a través de un periódico digital y el informático de dicho pueblo, que es al tiempo el representante de los empresarios autónomos de la zona. Las aguas del balneario que constituye el motor económico de un próspero pueblo de la costa están infectadas y sanearlas requeriría unas obras costosísimas y el cierre temporal del centro. ¿Debería hacerse pública esta información, dañando a toda la región, o deberían anteponerse los intereses personales de los implicados a los de toda la sociedad?
Los miembros del periódico se muestran firmes y convencidos de que deben publicar la noticia pero deben ocultar la información para preservar su trabajo y su futuro. Sin embargo, el médico decide hacerlo público por riesgo de salud pública y es aquí cuando todas las fuerzas incluidas la prensa se le echan encima y lo declaran enemigo del pueblo y debe abandonar el pueblo. Los personajes conectan con el público y les hacen cómplices de su trama. En un momento dado uno de los personajes dice el problema no es la descomposición del agua sino de la sociedad que se está pudriendo. Me parece un alegato que nos hace reflexionar sobre lo que estamos viviendo cada día sobre lo que éticamente queremos hacer y lo que nos permiten hacer.
Y aquí es cuando se plantea el sufragio universal, en uno de los discursos más álgidos de toda la representación ¿debería votar toda la población? ¿Qué valor tiene nuestro voto? ¿Es legítimo votar pensando más en los intereses propios que en el bien común? Se cuestiona toda una mayoría social donde los imbéciles son más numerosos de aquellos que piensan y la principal responsable es la educación que ha propiciado a que gente inculta acabe tomando decisiones que a todos nos afectan.
La obra es una llamada a despertar conciencias de cómo la sociedad no ha reaccionado de forma más contundente contra el recorte de derechos como la libertad de expresión. Parece que mientras no nos toquen a nosotros personalmente, no nos movemos. Si continuamos así, entre todos, nos vamos a cargar nuestro modo de vida. Hay una capacidad inmensa para aceptar hechos con los que no estamos de acuerdo éticamente.
Desde luego, es una obra que no va a dejar indiferente a nadie, lo bueno de esta función es que no hay respuestas a estas preguntas sólo interrogantes y cada uno sale del espectáculo con reflexiones muy dispares. Os recomiendo que si podéis acudáis al teatro Pavón a ver esta obra saldréis debatiendo y compartiendo reflexiones sobre la libertad de expresión, la democracia o el sufragio universal. Si somos honestos con lo que hacemos y con lo que decimos, si cada uno de nosotros somos un enemigo del pueblo.
La obra estará hasta el 7 de octubre con descuentos para personas con movilidad reducida, así que no perdáis la oportunidad de asistir a una de las mejores funciones de la temporada.
Andrómeda
Reblogueó esto en S.O.S. PODEMOS MEJORAR.