La reserva cognitiva es la capacidad que tiene nuestro cerebro para conservar ciertas funciones a pesar de los distintos daños o deterioros, que podemos sufrir por una enfermedad o por el envejecimiento natural de una persona.
La reserva cognitiva la vamos creando a lo largo de nuestra vida estimulando el cerebro y realizando cualquier actividad. La mejor forma de acumular esta reserva es aprendiendo cosas muevas, como puede ser un idioma, aprender a tocar un instrumento, leer novelas o artículos, realizar ejercicios para los que necesitemos atención, memoria, fluidez verbal; en definitiva realizando cosas nuevas a las que no estemos acostumbrados.
Cuando realizamos cualquiera de estas actividades mentales, las conexiones entre las neuronas aumentan. Cualquier conocimiento está representado por una red neuronal, que se multiplica y pasa a ser representada por varias. Por eso cuando una enfermedad degenerativa nos ataca, tenemos una reserva ya creada, para que el deterioro sea el menor posible.
Cuando el deterioro cognitivo nos afecta, se nota menos en personas que han realizado ejercicios mentales de cualquier tipo, al igual que en las que han estado realizando estudios o trabajos en los que se necesita ejercitar la mente.
Relacionando este tema con los distintos tipos de esclerosis múltiple, podemos distinguir:
En la esclerosis múltiple Recurrente-Remitente podemos tener brotes que nos afecten a la atención o a la fluidez verbal. Normalmente acudimos a rehabilitación y con los ejercicios adecuados para estas funciones podemos recuperar por completo estas funciones y recuperar capacidad.
Cuando unos axones de neuronas que forman sinapsis con otras sufren daño y se esclerosan, tenemos otras que no han sufrido ningún daño y representan el mismo conocimiento, hay más cadenas de neuronas interconectadas por lo que no sufriremos cambios y no perderemos capacidad, por la reserva cognitiva que tenemos.
En el caso de la esclerosis múltiple Primaria Progresiva, el deterioro cognitivo es más lento y paulatino.
Con la Secundaria Progresiva, normalmente ha ido evolucionando con el tiempo desde una RR, se puede ir ralentizando el deterioro cognitivo con actividad mental.
La diferencia entre la esclerosis múltiple y la demencia, es que en la esclerosis múltiple, después de un brote, con rehabilitación adecuada, podemos recuperar o mejorar la capacidad afectada, mientras que en una demencia se puede retrasar, pero concretamente en el caso de la memoria no se recupera.
Cuando sabemos que padecemos una enfermedad neurodegenerativa, nos conviene acudir al neuropsicólogo, antes de que aparezca el deterioro cognitivo con el fin de que nos ayude a crear una buena reserva cognitiva, como se suele decir hay que ir ganando batallas a la enfermedad.
Al igual que luchamos y tratamos cualquier deterioro físico, que se nos nota a simple vista, es muy importante que luchemos contra el deterioro cognitivo, que aunque no se ve, nosotros seguro que lo notamos.
Actualmente todos tenemos acceso a distintos juegos en el pc, tablet o móvil con los que podemos ejercitar memoria, atención visual etc. que nos ayudan a mantener nuestro cerebro activo y aumentar así nuestra reserva cognitiva. Y no olvidéis que un buen libro siempre es un gran aliado en esta batalla.
Ángeles Glez.