Ubicado en la región francesa de Versailles (Paris) el legendario palacio sirvió de residencia monárquica durante siglos, convirtiéndose en uno de los complejos arquitectónicos más importantes de Europa. Sus tres palacios, sus jardines y sus parques son a día de hoy uno de los lugares turísticos más notables de Francia, con más de 3 millones de visitantes al año.Desde 1979 es Patrimonio de la Humanidad.

Durante mi estancia en Paris aproveché la oportunidad de visitar el Château de Versailles, el palacio más impresionante, y gigantesco del mundo. Situado en las afueras de París, a una hora de Paris en coche, Versailles es también una de las atracciones turísticas más grandes de Francia. El que fuese una vez residencia de Luis XIV, el castillo de Versalles es tan importante tanto por su belleza como por su historia. Cuenta con un teatro de ópera y una Galería de Batallas, situada al lado de la Orangerie de Versalles, todo dentro de los terrenos de palacio.
La historia de este Palacio se remonta a la época de Luis XIII cuando decide edificar allí un primer pabellón de caza, pero el edificio es pronto descuidado y sólo se modificará cuando su hijo Luis XIV (el rey Sol) decida convertirlo en la residencia más grande y hermosa, cargada en su decoración con símbolos dedicados a su gloria y donde trasladaría su corte hasta 1789 cuando estalló la revolución Francesa.Es el que le da el esplendor y la magnitud que conocemos.
Marcado por una infancia conflictiva y humillante, especialmente tras los traumáticos acontecimientos de La Fronda, Louis XIV se revela a sus 28 años como un estratega calculador, maquiavélico y sumamente inteligente, tanto en lo político como en su posicionamiento como figura mediática. Gran vendedor de sí mismo, Louis es un monarca adelantado a su tiempo que pretende romper con los reyes del pasado. Con el fin de someter a la nobleza e imponer definitivamente su poder absoluto, ordena la construcción de Versalles. Su gran proyecto, su gran sueño, un icono de su poder que simboliza el esplendor y la gloria de Francia a medida que el país se consolida como epicentro de la política, el glamour, la moda, la cultura y el arte. Lo concibe, además, como una ‘jaula de oro’ para mantener a los nobles bajo su control, distanciándose de ellos al tiempo que les entretiene con caprichos y distracciones.
Se autodenominaba Rey Sol por Apolo el dios del Sol con el cual se identificaba símbolo de la monarquía absoluta en el que refleja su concepto de poder.
En la galería de los Espejos en Junio de 1919 se firmó el Tratado de Versalles, que terminó con la I Guerra Mundial.Se trata de un pasillo con 73 metros de largo y 357 espejos donde se celebra la prosperidad nacional tanto en la política como e el arte y la economía.

En 1833, Luis Felipe I decide convertirlo en un museo dedicado a la historia nacional. Tiene más de 6000 pinturas y 3000 esculturas. Uno de sus atractivos es la Galería de las batallas, una sala de 120 metros de largo donde se muestran las luchas más importantes que el paìs ha enfrentado.
Los jardines se diseñaron en 1661 y tardaron 40 años en terminarlos.Se trajeron árboles de varias regiones francesas y desde el principio se ordenó que los jardines fueran replantados cada 100 años.
Dentro del complejo se construyeron dos palacios más, el Gran y el Pequeño Trianòn para ofrecer mayor intimidad al monarca, lejos de la corte. El primero pertenecía al rey, para dar privacidad a Luis XIV y a su amante Mme de Montespan y el segundo fue ocupado por María Antonieta.

Hoy en dìa es el Palacio màs visitado de Francia despuès del Museo del Louvre con 15 millones de visitantes al año.

La accesibilidad que tanto nos preocupa cuando salimos de viaje, para aquellos que tenemos una movilidad reducida deciros que está adaptado todo los palacios, pero los jardines y el Parque al ser de tierra dificultan la accesibilidad. Tenemos que acceder por las entradas A o B del patio de honor del palacio pero he de decir que me resultó muy complicado porque el suelo está totalmente empedrado lo que dificultaba la marcha. Una vez dentro y tras pasar el control de seguridad nos ofrecen la posibilidad de utilizar una silla de ruedas gratuitamente y a partir de ahí comenzar la visita.Yo no lo dudé y opté por coger una ya que la visita lleva mucho tiempo y así no me cansaba tanto. La entrada tiene el precio de 18€ pero es gratuita para personas con discapacidad y acompañante presentando la tarjeta y os recomiendo que saquéis las entradas por la web y así os evitáis esperar una larga cola.
Para llegar a Versalles desde Paris podéis ir en coche y aparcarlo junto al palacio, o bien hay un autobús disponible (línea 171) que sale del Pont de Sèvres en Paris y que os lleva hasta la Plaza de las Armas del Palacio.
Los baños están totalmente adaptados y bastante limpios y en general todo el personal fueron muy amables y atentos llevándonos por los distintos rincones del palacio para acceder a los ascensores.
Aunque no era mi primera visita, sí lo era en silla y la verdad salió mejor de lo que esperaba, encantada de haber disfrutado de este majestuoso lugar. Así que no lo dudéis y si visitáis Paris no dejéis de visitar esta maravilla considerada Patrimonio de la Humanidad.

Andrómeda