A lo largo de la historia de la Humanidad por increíble que parezca, se han empleado gusanos para curar algunas enfermedades.
Hasta 1950, año en que empezaron a emplearse los antibióticos que prevenían las infecciones en las heridas, era común utilizar larvas de mosca, Luciliasericata,
para desinfectar las laceraciones.
Esta técnica de curación se utilizaba desde principios del siglo XX y se desarrolló mucho en la Primera Guerra Mundial.
O el uso de sanguijuelas, anélidos parientes de las lombrices de tierra, que se han utilizado desde hace más de tres mil años para curar a través de las «sangrías», en diferentes partes del cuerpo. Se creía que podían curar todo tipo de patologías, desde un proceso inflamatorio a una enfermedad mental.
O el caso de María Callas a la que se le introdujo una tenia en el estómago para adelgazar…
Actualmente la terapia con helmintos es considerada un prometedor tratamiento alternativo para las enfermedades autoinmunes.
– Desde el año 2008 se está estudiando una terapia con huevos de helmintos por los laboratorios OVAMED.
– Además un estudio piloto en 2014, llevado a cabo por neurólogos americanos, (HINT-2) en la Universidad de Iowa, muestra que su aplicación es segura y reduce el número de lesiones captadoras de gadolinio.
Y se basa en la llamada «hipótesis de la higiene»; que postula que el entorno bajo en carga microbiana en los paises desarrollados desregula el sistema inmunitario e incrementa la susceptibilidad de sufrir enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple.
En los países con helmintiasis endémicas las enfermedades autoinmunes eran prácticamente inexistentes. Curioso ¿no?
Por otro lado es conocida desde hace mucho tiempo la capacidad inmunomodulatoria de los helmintos.
Cada dos semanas se administraron oralmente 2.500 huevos de tricocéfalo a pacientes recientemente diagnosticados con el tipo remitente-recurrente y que no habían recibido ningún tratamiento previo.
La comparación del número de lesiones detectables por resonancia magnética entre los cinco meses anteriores al tratamiento y los cinco meses posteriores mostró una reducción relativa del 35%.
Los beneficios de la terapia con helmintos están aún en étapa de arranque.
-«Autoinmune Teraphies» es la primera compañía en ofrecer inoculación de helmintos a humanos para tratar estas enfermedades.
En Tijuana (México) el Dr. Llamas coloca una tirita con dos gotas de agua con larvas microscópicas de helmintos, obtenidas en laboratorios biólogicos. Estas atraviesan la piel y llegan al intestino donde vivirán durante años con la flora intestinal.
La inoculacíón se hace una sola vez cada varios años, entre tres y siete.
Los efectos secundarios de esta terapia no son permanentes y pueden aparecer usualmente en las dos o cuatro últimas semanas. Consisten en dolor abdominal, gases, diarrea, calambre y fátiga. Mucho menos severos que los de las drogas inmumoduladoras como Beta-interferón o los de los antiinflamatorios como Pre
dnisona.
Otra vía de investigacíon abierta para la curación definitiva de esta enfermedad.
A ver si nos ayuda en breve.
Organismos que siguen estudiando esta terapia en la actualidad:
Universidad de Cambridge, Notthingham, Edimburgo y la Escuela de Medicina de Londres en el Reino Unido.
Universidad de Amberes en Bélgica.
Universidad de Iowa en USA.
Instituto Fleny en Argentina.
Universidad de Queensland en Australia.