El origen de esta corriente artística no sabemos si viene directamente de los ingenieros formados en Estados Unidos durante la guerra de Vietnam y obsesionados con la guerra de túneles.
Puede que sea una corriente creada por unos compañeros estudiantes de arquitectura que se formaron durante la movida madrileña, la vivieron profundamente y marcó sus estilos o, directamente, impuso el estilo libre, libre de cualquier principio. También hay quien dice que es una corriente ideada por un arquitecto que quiere emular a Escher, ahora muy recomendable en Madrid, creando un agujero en el suelo a partir del que juega con la perspectiva y los bastones en un plano imposible rebosante de humor por todos sus agujeritos.
Hay también otra teoría quizá conspiranoica que dice que puede ser fruto de la codicia de algún accionista de betadine o iniciativa de un grupo de fisioterapeutas en busca de una nueva fuente de negocio, esta teoría no coincide con tiempo de crisis económica que, como todos sabemos, aumenta la creatividad.
También, cabe pensar que sea obra de algún generoso terapeuta al que tendríamos que agradecer haber formado una raza de Supercaminantes con bastón que ha conseguido desarrollar un superpoder que nos ayuda a evitar trampas y corregir las caídas en el último momento evitando un triste final, estos agujeros perfectamente estudiados y colocados son solo el campo de entrenamiento para nuestro radar interno. Si sobrevivimos al entrenamiento vamos sumando galones en el hombro y al final de la formación obtenemos el título de Mariscal del agujero y, más importante aún, seremos portadores de la palabra del agujero y podremos formar a otros supersoldados
Cayetano