Estos días me inundan un montón de emociones contrapuestas: tristeza, emoción, frustración pero sobre todo y es algo que no puedo evitar: impotencia.

Seguro que la gran mayoría habéis visto en redes sociales e incluso habéis escuchado en radio a Luis de Marcos, afectado de Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva, pidiendo el derecho a una muerte digna.
Afortunadamente, la Esclerosis Múltiple, en cualquiera de sus modalidades no evoluciona de igual manera en todos los afectados, el deterioro que sufrimos normalmente es mucho más lento y no tan dramático como en el caso de Luis de Marcos. Todos sabemos que esta es una enfermedad muy caprichosa
Tengo el gran honor de conocerle hace años y al igual que todos los que cuentan con su amistad, le puedo definir como una persona alegre, inteligente y como se suele decir con la cabeza muy bien amueblada. La esclerosis se ha cebado con su cuerpo y en pocos años la degeneración que ha sufrido le ha dejado tetrapléjico y lo peor con muchísimos dolores. Intento ponerme en su lugar, aunque es complicado, y es posible que estuviera luchando al igual que él por una Ley de muerte digna.
La tristeza junto con la emoción de escucharle me han hecho revivir dos momentos muy duros de mi vida, cuando a dos familiares muy cercanos afectados de cáncer les sedaron para aliviar el dolor, en ese momento sabíamos que la muerte estaba cercana, los médicos nos comentaron que con la sedación se acortaría su vida, nunca sabes si en una semana o en un par de días, pero estuvimos a su lado y les vimos acabarse con menos sufrimiento y principalmente sin ahogarse.
Sé que es un tema con muchas controversias, y en el que hay muchísimas opiniones encontradas; simplemente en un par de días en las redes he leído de todo, desde las manifestaciones de personas que opinan que solo Dios puede poner fin a tu vida, hasta quien dice que si a nuestras mascotas no las permitimos sufrir y cuando están mal el veterinario les pone una inyección que acaba con su sufrimiento, porque a una persona sí.
Mi opinión personal es que necesitamos una ley de muerte digna, son muchos los casos de personas que por distintos motivos y debido a enfermedades con mucho sufrimiento no quieren seguir luchando, y se ven en la necesidad de acabar con su vida totalmente en soledad, para que la Justicia con las leyes que tenemos actualmente no implique a ningún familiar, amigo, cuidador, etc. Seguro que todos recordamos el caso de Ramón Sampedro, que fue llevado al cine con el título de “Mar adentro”; recientemente en Alcobendas, un municipio de Madrid, un enfermo de ELA también acabo con su vida mientras su mujer y sus hijos estaban en el cine, igual que estos seguro que hay muchísimos más casos a diario. ¿No es más lógico que cuando una persona toma esta decisión pueda estar acompañado de su familia y contar con personal sanitario?. Estoy convencida de que llegar a tomar esta decisión es difícil, pero que cuando las personas la toman, no hay nada ni nadie que les haga cambiar de opinión.

Entrevista de Luis de Marcos en la Cadena Ser:

http://cadenaser.com/programa/2017/05/15/hoy_por_hoy/1494823439_705197.html?ssm=fb

Ángeles Glez.