«Prefiero que seamos amigos» es una de las más terribles frases que puedes escuchar cuando se está enamorado. Y es también el título de una comedia del francés Laurent Ruquier, que aterriza en el teatro La Latina dirigida por Tamzin Townsend e interpretada por Lolita Flores y Luis Mottola.
¿Qué ocurre cuando uno de los dos amigos quiere algo más? De esto trata esta obra, que habla, entre otras cosas de que el amor después de cierta edad es posible y muy saludable. El mensaje es que no hay que rendirse.
El pasado Domingo con motivo del día del libro y de las buenas temperaturas que reinaba en Madrid disfruté en compañía de unos familiares de esta exitosa obra que en Francia ha tenido más de 300 representaciones. El núcleo de la obra gira en torno a la amistad entre Claudia (encarnada por Lolita Flores) y Valentín (a quien da vida Luis Mottola), ambos por encima de los 50 años y amigos desde hace años. Dos amigos tan cercanos y tan cómodos en la mutua compañía, que creen conocer todo el uno del otro, de manera que cuando uno de ellos quiere cambiar las reglas del juego y dar el paso , el otro descubre que no conoce absolutamente nada de su amigo porque está totalmente cegado y es incapaz de ver más allá. Y viceversa. Son dos personajes valientes y fuertes con una historia en común «muy bonita» que, además, «está llena de sorpresas.
Claudia es una mujer con una serie de sentimientos que un buen día decide plasmárselo a su mejor amigo. Es una triunfadora social y laboral, tiene éxito, pero comprueba que, al llegar una edad, se ha vuelto invisible para el amor o para el sexo. Entonces cree que utilizar al amigo fiel puede ser la solución. A raíz de eso, Valentín verá como «empiezan a romperse reglas» y se producen «enfrentamientos, y acuerdos y desacuerdos».
En esa conversación empiezan a salir cosas que no sabían el uno del otro y eso genera una grieta entre ellos que finalmente acaba en un happy ending .
La obra lanza unas verdades tan grandes con un humor tan descarado, poniendo al descubierto los tópicos en lo que se refiere a la guerra de los sexos. Mottola con su despreocupación y su pasotismo aparente, Lolita con ese sentimiento desgarrado que pone en todo y que le hace arrancarse por la copla en un par de ocasiones porque las palabras ya no bastan para expresar todo lo que ella siente, y entre ellos se da situaciones cuanto más cómicas y humorísticas.
La obra se estrenará en el Teatro La Latina de Madrid, donde permanecerá hasta el 25 de junio, para hacer después un recorrido por los escenarios de varias comunidades autónomas.
Para mi sorpresa, este teatro tan emblemático de la escena madrileña es muy pequeño y reducido con respecto a otros teatros de más solera. Como siempre, os recomiendo que compréis vuestra entrada en el patio de butacas ya que no es un teatro que esté bien adaptado, teniendo los aseos en la planta baja con el inconveniente de tener que bajar escaleras. Esto supone, claramente un hándicap para aquellas personas con movilidad reducida y desde aquí apelo a los responsables de estos centros para que adapten sus instalaciones y así mejorar la accesibilidad a estos lugares a los que nos movemos con movilidad limitada.
A pesar de esta fastidiosa situación os aconsejo que no perdáis la oportunidad de ver esta función tan divertida. A lo largo de la hora y media que dura la representación en muchos momentos de la obra el público empatizará con los personajes y se identificará con ellos. Es una obra amena y ácida con un sentido del humor muy fino. Yo que vosotros no me la perdería.
Andrómeda