Las mujeres de El Congo

IMG_0638La República Democrática de Él Congo es el segundo país más grande de África y el más peligroso para nacer mujer. Se estiman más de 1.152 violaciones diarias. En el Congo oriental, en las provincias de Kivu del norte y Kivu del sur, la prevalencia y la intensidad de las violaciones y otros actos de violencia sexual se describe como el peor en el mundo. La guerra ha hecho la vida de las mujeres más precaria, utilizadas como instrumento de guerra. En 2007 el Comité Internacional de la Cruz Roja describe la situación de una “brutalidad inimaginable”.

En el Museo Nacional de Antropología exponen el trabajo de la fotógrafa española Isabel Muñoz, estupenda retratista y solidaria en un camino a la esperanza. Existe en Bukavu una iniciativa local. Este proyecto nace de la colaboración entre la fotógrafa española y la periodista congoleña Caddy Adzuba. Fruto de esta colaboración se inauguró en King hasta el 12 de junio de 2015, en la sede del Instituto Francés y con el apoyo de la Embajada de España una primera exposición que recorre la República Democrática del Congo “La route vers l’Expérance “. Las imágenes de esta exposición son auténticas.

IMG_0635También lo son los testimonios de las mujeres de la provincia de Bugau , en la zona sur de la República Democrática del Congo, que han sufrido la violencia sexual. Esta exposición pretende ser un estudio único, siendo su propósito ser un medio para que se escuche la voz y la historia de estas mujeres. Estas mujeres que han sufrido la violencia sexual como arma de guerra y las violaciones que se cometen mayoritariamente en su entorno familiar, quieren mostrar a través de esta exposición su determinación a enfrentarse al sufrimiento y decir definitivamente NO a su condición de víctimas. Una verdadera marcha hacia la victoria en contra de la violencia sexual.
En la zona este del país se acumulan todo tipo de riquezas (coltán, diamantes, oro, petróleo, gas) mientras que gran parte de la población vive situaciones de miseria extrema.
IMG_0636Los combates por el control del territorio nunca han cesado. Militares congoleños, partidarios de presidentes anteriores, los ruandeses huidos del conflicto hutus – tutsis, tropas oficiales, resistencia local organizada y antiguos niños soldados con armas de última generación crean una situación de extrema violencia que evidentemente conduce al abaratamiento de los precios que estas materias adquieren en el mercado internacional.
Sin la estrecha colaboración y protección de Caddy Adzuba, amenazada ella misma de muerte, hubiera sido prácticamente imposible. Los saqueos, violaciones y mutilaciones de mujeres y niñas se mezclan con la hematomancia y han pasado a formar parte de la vida cotidiana. La violación, la agresión física y la tortura psíquica que va acompañada, destrozan su capacidad de procrear y al propio ser humano.
La violación se ha convertido en un arma de guerra con la que se somete a la población por el terror. La mujer violada a la que han roto sus órganos reproductores es una enferma crónica que no puede tener hijos y un ser puede contagiar enfermedades peligrosas. El mundo suele abandonarla, a ella y a sus hijos _la media es de seis o siete _ con lo cual quedan abocados a la miseria y a la exclusión social. En muchos casos resisten como pueden y callan.
Cady Adzuba consiguió unirlas a través de la radio y que algunas hablaran. También consiguió una asociación de mujeres que, gracias a los microcréditos han generado talleres artesanales cuya producción les permite volver a empezar. La fuerza de estas mujeres que afrontan la realidad, rompen su silencio y vuelven a empezar es increíble, modélica y merece ser narrada, difundida, ensalzada por todos.
IMG_0637En los últimos años, la situación se ha agravado: ahora deben afrontar las violaciones infantiles, las de sus hijas. Cuando son ellas las agredidas, sacan fuerzas de flaqueza, y valor suficiente para superar lo que sea, pero cuando se trata de sus hijas, violadas desde los 18 meses, lloran sin consuelo posible, amargamente y gritan pidiendo ayuda.
El Museo tiene una preciosa entrada principal llena de escaleras pero apostando por la adaptación para personas con movilidad reducida, hay una puerta lateral en la calle Alfonso XII y servicios adaptados.

Ana Rosa Álvarez

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