Debido a la escasez/dificultad de encontrar empleo, en cuanto te llaman un CEE (centro especial de empleo) para realizar una entrevista, anulas cualquier compromiso que tengas ese día y, por supuesto, que vas a la entrevista sin poner ninguna objeción.
Las condiciones laborales que te indican son un poco deprimentes: Sueldo, horario, tareas a desempeñar…..
Pero tú, al principio, no lo consideras tan deprimente como te comenta la gente, al contrario, estas agradecido de tener un puesto de trabajo, y casi que sales de tú entrevista dando las gracias.
Cuando te cogen para desempeñar el trabajo que te indicaba en tú contrato, con el sueldo, el horario….te das cuenta que esa empresa que te contrata a través del CEE (el cual, por supuesto, tiene un interés económico más que social) abusa de dichos trabajadores que tienen una discapacidad.
No todas las empresas abusan, pero si se puede añadir el adverbio “casi todas”.
Y claro, tú que estabas tan contento el tener un contrato laboral, empiezas a estar un poco cansado de tanta discriminación/aprovechamiento. Pero debido a varios factores que pueda tener cada uno (gastos varios, escasez de puestos de trabajo que te interesen, dificultad a la hora de hacer entrevistas…) te da miedo denunciar las irregularidades y abusos por parte de la empresa.
Luego al final, te ves que tienes que “soportar” esa carga laboral con un sueldo indigno.
Como ya se sabe, la EM ofrece varias dificultades, pero una de ellas es el cansancio. Y el “stress” no es muy amiga de dicha enfermedad.
Por lo que aparte de tener que estar agradecido por tener un puesto de trabajo, hay veces que te encuentras bastante cansado, nervioso,….para desempeñar tú trabajo, y sin embargo, resulta que el absentismo de la gente con discapacidad es menos que el de cualquier otro trabajador. ¿Por qué será?
Lo que quiero indicar es que, el tener una discapacidad, no es ningún “chollo” a la hora de buscar trabajo, como mucha gente piensa.
Cierto es que puedes tener a más empresas interesadas en ti que en otra persona sin una discapacidad reconocida, pero aclarar que detrás de ese interés se mueve un tema económico.
En fin, como trabajadora con discapacidad, a pesar de considerar que la empresa se beneficia de tener una plantilla (bastante reducida, pero la tiene) de gente con discapacidad y tener que aguantar ese cansancio, ese abuso de poder por parte de la empresa, todo acompañado de un sueldo indigno, termina diciendo como dice mucha gente:
“tengo que dar las gracias por tener un trabajo”