Noelia Villadangos Ortiz, neuoropsicóloga de la Fundación de Esclerosis Múltiple de Madrid, nos aporta las claves del daño cognitivo asociado a nuestra enfermedad. Un buen entrenamiento del cerebro, el correcto descanso y una vida sana son los mejores instrumentos para que se incremente nuestra reserva cognitiva y estemos preparados para hacer frente a posibles daños derivados de la evolución de la esclerosis múltiple.
Pregunta.- ¿Qué es la neuropsicología?
Respuesta.- La neuropsicología es una ciencia que se encarga de estudiar la relaciones que hay entre el cerebro y la conducta.
P.- ¿Por qué es importante la neuropsicología para un paciente con esclerosis múltiple?
R.- Es muy importante porque la esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central, lo que significa que daña también nuestro cerebro que es el encargado de realizar todos nuestros procesos mentales. Por lo tanto, si existe un daño en nuestro sistema nervioso central los procesos mentales pueden estar alterados lo que va a incidir en nuestra conducta y en nuestras funciones diarias.
P.- ¿Todas las personas que padecemos esclerosis múltiple vamos a sufrir esta afectación?
R.- No, no siempre se va a producir un daño cognitivo, aunque cuando se produce un brote la inflamación del sistema nervioso central puede provocar alteraciones cognitivas de las que luego la persona se puede recuperar. El daño cognitivo permanente depende de muchos factores, del tipo de lesiones que tenga la persona en el cerebro, del número y la ubicación de las lesiones y, por último, de la reserva cognitiva que esa persona tenía de inicio.
P.- ¿Es más común cuando la esclerosis múltiple es progresiva o cuando es de brotes?
R.-Es muy variable, como siempre que hablamos de esclerosis múltiple, y no hay una certeza de evolución, aunque parece que cuando es progresiva es más común que exista daño cognitivo. De todas formas, insisto, varía según cada caso.
P.- ¿Qué caracteriza este daño cognitivo? ¿Es similar al que se producen otras enfermedades neurodegenerativas?
R.- Lo que caracteriza el deterioro cognitivo en la esclerosis múltiple es un perfil de cambios en la velocidad de procesamiento (se responde más lentamente a las preguntas, como si costará más procesar la información), también a nivel atencional y fallos de memoria, sobre todo episódica, lo que se conoce como memoria de los hechos; y la memoria a futuro, por ejemplo, que tenemos que hacer dentro de dos días. También podemos encontrar dificultades en la manera de organizarnos o planificar nuestras tareas, nos cuesta más resolver problemas o no encontramos las palabras al hablar.
Este perfil, podría compartir similitudes con otro tipo de enfermedades neurodegerativas, aunque el abordaje y manera de intervenir sobre ellas es diferente.
P.- ¿Cómo se lucha contra este proceso? ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
R.- Antes de que se desarrolle un proceso de deterioro cognitivo, es fundamental fortalecer nuestra reserva cognitiva, fomentando un cerebro fuerte que pueda compensar futuras afectaciones. Para ello, tenemos que estimular nuestro cerebro, aprendiendo cosas nuevas (tocando un instrumento, aprendiendo un idioma, realizando actividades que antes no hacíamos) y ejercitándolo como cualquier otra parte de nuestro cuerpo.
P.- ¿ El nivel de reserva cognitiva al que se puede llegar es igual para todos o depende de cada persona?
R.- Todo lo que se ejercita se desarrolla y aunque no todos tenemos el mismo nivel de capacidad, si podemos desarrollar al máximo nuestras posibilidades. Del mismo modo que puedes mejorar tu musculatura a base de ejercicio, puedes mejorar tu cerebro si lo ejercitas adecuadamente. Evidentemente, la genética y la capacidad personal determina a dónde se puede llegar pero todos podemos mejorar nuestras capacidades.
Como comentábamos antes, todo lo que suponga una novedad para el cerebro lo agiliza, por ejemplo, clases de escultura, de pintura, etc. Los crucigramas o los sudokus están muy bien siempre que no se convierta en rutina, porque el cerebro se estimula más con la novedad, se activa con las sorpresas.
Además, es muy importante mantener el cerebro sano, con un descanso adecuado y una alimentación correcta evitando factores tóxicos como el tabaco, el alcohol, etc.
P.- ¿El daño cognitivo lo notan más los pacientes que su entorno en las primeras fases? ¿ Como se objetiva ese proceso?
R.-Lo ideal, ante la duda, es hacer una valoración neuropsicológica. En muchas ocasiones se actúa tarde precisamente porque no es tan visual como otro tipo de deterioros típicos de la esclerosis múltiple. Además, aún existe mucho miedo a hablar de estos temas y se dejan aparcados hasta que el proceso está muy avanzado. Todavía queda mucho por hacer a nivel clínico para que los neurólogos tomen medidas en cuanto el proceso se inicia, por eso el paciente en cuanto se da cuenta debe ser proactivo para poder frenar la evolución.
Cuando el daño cognitivo ya se ha producido, es necesario potenciar al máximo las capacidades de que disponemos, aunque la perdida no se recupere, si se puede potenciar el cerebro con múltiples actividades. Por eso, lo mejor es actuar desde el principio para que si la evolución de la enfermedad provoca daño cognitivo nuestro cerebro sea lo suficientemente fuerte para no verse excesivamente afectado.
P.- ¿Cuáles son las principales carencias en este área a las que nos enfrentamos todavía?
R.- Aunque ha habido una evolución impresionante en los últimos años, la verdad, es que aún falta mucho para que la parte clínica de la enfermedad comprenda la importancia del daño neuropsicológico. Neurólogos, psicólogos, enfermeros, etc. deben actuar al menor síntoma y fomentar el ejercicio cerebral en los pacientes con esclerosis múltiple. Además hay que huir del miedo que atenaza a muchos pacientes a la hora de reconocerlo, no querer ver lo que está pasando sólo lleva a que cuando se intenten tomar medidas ya sea tarde. En este campo como en todos hay que minimizar los daños y cuanto antes se actúe es mejor. No todas las personas con esclerosis múltiple van a tener este tipo de problemas pero ante la posibilidad hay que reaccionar.
P.- ¿La valoración de este tipo de procesos puede ser realmente objetiva? ¿Corremos el riesgo de confundirlo con una degeneración natural por la edad?
R.- A día de hoy sí, en la actualidad existen pruebas que definen muy bien el tipo de daño que tiene cada paciente. La degeneración natural producida simplemente por el avance de la edad se puede diferenciar muy bien de la neurodegeneración provocada por una enfermedad como esta. Sobre todo porque la valoración ya cuenta con el efecto de esta variable y se estima ese proceso como alterado o no en función de los resultados obtenidos por otras muchas personas que comparten características similares, ya no sólo en cuento edad sino también en cuanto a nivel de escolaridad, sexo, etc.
P.- ¿Qué consejo final darías a nuestros lectores?
R.- El principal consejo que puedo dar a vuestros lectores es que pierdan el miedo y actúen, que entrenen su cerebro activamente cada día y no se dejen llevar por el abandono. Cuanto más activo se está, menos riesgos hay de que la evolución sea alarmante. Todas las personas, tanto las sanas como las que tienen esclerosis múltiple, tienen que mimar a su cerebro con actividad, descanso y vida sana.
Cris Bajo