Esta carta es para ti

Hoy inauguramos sección con la colaboración de nuestros lectores.  Esperamos que esta sea la primera  de muchas historias vitales que queréis compartir con nosotros. 

img_0329Hola, 

Te escribo a ti, después de más de 13 años que decidiste aparecer en mi vida y en muchos momentos intentar usurparla…
Al principio no quería ni nombrarte, no entendía porque habías decidido unilateralmente irrumpir en mi vida, e intentar decidir mi destino… Todos quienes me hablaron de ti, lo hicieron muy muy mal… Desde el primer momento que me dijeron que habías llegado para quedarte, y que no había ninguna posibilidad de echarte, que no sabían cuán lejos podrías llegar, y que no me quedaba más que aceptarlo y resignarme a ello…
Con 23 años, habiendo terminado una carrera, preparando una tesina de grado, teniendo un trabajo y siendo ya una persona económicamente activa, con un mundo lleno de expectativas, aspiraciones y preparándome para un examen de acceso a uno de los mejores institutos de alto rendimiento de América Latina y el mundo, para cursar un MBA, apareciste tu…. Vamos, que no podías haber buscado una mejor oportunidad… y fue lo primero que te recrimine a ti, a Dios e incluso a mi propia existencia.
Pero el shock no era solo mío, mis padres, mi hermano, mi abuela, mi familia, mis amigos… toda las personas que me rodeaban y me querían no daban crédito a lo que me estaba pasando, y todo lo que me tocaría vivir… De la noche a la mañana vieron cómo de ser una persona tremendamente activa, no podía ni levantarme de la cama por el agotamiento y la fatiga que me ocasionabas…
Ante tanta desesperación, mis padres se plantearon la posibilidad de viajar al extranjero e intentar buscar a alguien que pudiera darme alguna esperanza, alguna alternativa, algún tratamiento, porque en mi país ni se te conocía…. Finalmente pudimos tener acceso a un especialista, quién con mucha dulzura nos explico lo que estaba pasando, me dijo quién eras tú verdaderamente, como podía intentar hacerte frente, y fue a primera vez que recibimos un atisbo de esperanza al conocer que había mucha investigación alrededor tuyo, para quitarte protagonismo, y poder finalmente echarte y no permitir que entres en la vida de más personas.
También conocí a personas en cuyas vidas, otras como tú habían intentado hacer de las suyas en algunos casos, y en otros, habían arrasado con toda la mielina que encontraron…
Fue muy duro conocerte, ver hasta donde podías llegar…, pero entre tanto dolor que estaba experimentado, ante la desesperanza y agonía que sentía mi espíritu, me di cuenta que estaba rodeada de tanta energía positiva, del amor incondicional de mi familia, amigos, Dios, que lloraron conmigo, sufrieron conmigo, pero nunca me dejaron caer ni rendirme…., Y vi, que eso era algo que no estaba a tu alcance, que tú no podías hacer nada en su contra, que el alimento de mi espíritu, estaba protegido, que lo único que necesitaba era que yo le cuide, lo reanime, lo ame, y así podíamos seguir adelante, haciéndote frente.
img_0328A partir de ese momento, decidí replantear en mi vida lo que en verdad era significativo e importante, lo que me llenaba y me hacía sentir plena, aprendí a disfrutar de las cosas sencillas que tenemos a nuestro alrededor… desde un paseo en un día soleado, hasta el sentir las gotas de agua en mi rostro en un paseo en pleno día lluvioso.
Aprendí el verdadero sentido de la gratitud y el agradecimiento, redescubrí mi cuerpo, aprendí a escuchar sus alertas de cuando necesita descanso, de cuando podemos ir un poco más allá de lo habitual, replantee mi escala de valores, aprendí a priorizar en función a donde yo quería llegar, y no donde la sociedad consideraba que debía estar mi perfil, y aprendí a luchar contra la sobre exigencia que me había auto esclavisado muchos años… Y finalmente me di cuenta que estaba siguiendo adelante con una rutina y estilo de vida que yo la había trazado y era lo que quería para mi… trabajando, compartiendo con mi familia, amigos, tiempos de reencuentro conmigo misma, mis cesiones de Reiky y su filosofía, y todo lo que hacía que me sienta más sana que nunca.
Me sentí tan fuerte y plena que termine mi Proyecto Universitario con una Matrícula de Honor, que respondía no solo al resultado de la investigación, sino a mi esfuerzo por salir adelante, y con un diagnóstico encima decidí “cruzar el charco”, venir a España a, continuar con mi formación, con la caja de las medicinas y muchísimas ganas de vivir y hacerte frente. “Te he traído al mundo para hacerte libre mi amor…”, fueron las palabras de ánimo de mi madre, y así fue, su amor incondicional conjuntamente con el de mi padre y hermano, me dieron la valentía y el coraje para dar este gran paso y dejar como bien lo definió papá “mi Cuartel General”
Pasamos momentos muy duros, mucha soledad al principio, mucha incomprensión, pero rodeada de ángeles que estuvieron pendientes de mí, encontré un neurólogo fantástico, un gran amigo, y un equipo maravilloso de apoyo, en la Universidad tuve un mentor y maestro excepcional, un grupo de compañeros únicos, y en el trabajo conocí a personas excepcionales que han pasado de ser compañeros a amigos, incluso me fui a pasear por Europa con una mochila, mis medicinas, y ganas infinitas de conocer este maravilloso continente por dos meses, sabes…era mi momento, y lo disfruté.
Lo mejor de haber venido a este mi país adoptivo… fue conocer un hombre maravilloso que es mi pierna izquierda cuando me cuesta moverla, mi bastón cuando por el agotamiento me cuesta andar, sus ojos son los míos cuando me cuesta ver, quien ha apostado conmigo en salir adelante en la pobreza y en la riqueza, en la salud y en la enfermedad…, y como producto de tanto amor, tenemos las dos bendiciones más grandes que he recibido, quienes son mi motor para siempre salir adelante, y cuyo amor te planta cara cuando quieres hacer de las tuyas.
Te tengo que decir que desde que soy mamá me siento más vulnerable ante ti, y al mismo tiempo muchísimo más fuerte porque tengo que salir adelante, se lo debo a ellos y me lo debo a mí… Me enteré que mi hijo mayor venía por un tremendo brote que me ocasionaste, no podía hacer nada para que te detuvieras, porque no estábamos plenamente seguros si Miguel Ángel venia o no, y podíamos hacerle mucho daño, por lo que no nos quedaba más que esperar a que pararas, fue uno de los peores momentos en mi vida, la incertidumbre de hasta donde podías llegar me dejó en un sin vivir durante 2 semanas, mi espíritu y yo no cesábamos de orar y clamar a la vida y a Dios consuelo y mucha fortaleza…, pero cuando confirmamos que él estaba de camino, supe que tenía infinitamente más fuerzas para poder contigo…
Como veras, he vivido muchas cosas mientras tú has estado ahí, algunas veces en silencio, otras haciendo ruido, sé que estas avanzando poco a poco, haces que mi futuro este inundado de incertidumbre, porque no sé cómo terminaremos tú y yo. Ya me quitaste el poder correr, cada vez me cuesta más andar, subir escaleras, cada vez veo menos, tengo problemas de incontinencia, estas ocasionando otros males en mi cuerpo consecuencia de tenerte conmigo, que me van incapacitando, y cuantas cosas más vendrán… pero lo único y verdaderamente importante es que intento vivir plenamente todos los días, siendo agradecida y gentil con Dios y con la vida por cada momento, por cada persona que aparece en mi historia, aprendiendo y aceptando lo que quiero para mí, y desechando lo que no me vale… Siendo lo que quiero ser y haciendo lo que quiero para mi vida, y la de los míos, intentando dar todo de mi en casa, con mis hijos, mi marido, mis padres, mi hermano, mi familia, mis amigos, en el trabajo, en mis responsabildiades y donde sea que me toque estar…
Me obligaste a decidir, y decidí amar tanto a la vida, que muchas veces me duele…., eres un diagnóstico, una enfermedad, pero no permito que me hagas una persona enferma…, has hecho que tire la toalla 99 veces, y la he vuelto a coger 100… y así seguiremos, plantándote cara, apoyando y recibiendo el apoyo de todos los seres maravillosos que hacen dichoso mi día a día, agradeciendo a la vida mis alegrías y mis penas, mi risa y mis lágrimas, mi salud en el espíritu, y todas las dolencias físicas como tú, a las cuales estoy expuesta como ser humano. Y pidiendo a Dios sabiduría y discernimiento, para saber que alternativa escoger ante la duda, mucha paz, para asumir cualquier circunstancia que el día a día y tú, me obliguen a experimentar, pero sobre todo, tener siempre confianza en mí misma, para cumplir la única misión que le han encomendado a mi espíritu… VIVIR…, contigo o sin ti….
Tengo muchas más cosas que decirte, pero lo más importante ya está dicho…. De momento vamos a dejar que vuelva el silencio y la calma a una historia, que se seguirá escribiendo con el día a día…
Hasta pronto EM … y esperemos que algún día podamos decirte… “HASTA NUNCA… “

Any

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