Una nueva versión del Lago de los Cisnes bajo la tutela de la productora rusa Tatiana Solovieva y el director artístico y coreógrafo Andrey Batalov regresa este verano al Teatro de la Luz Phillips Gran Vía de la mano del Ballet de San Petersburgo desde el 5 al 17 de Julio y del 26 al 6 de Agosto.
El pasado Martes asistí a la representación del Lago de los Cisnes, (el ballet clásico más representado y versionado del mundo) en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía (Gran Vía, 66). Fue un enorme placer acudir a ver esta función acompañada de una gran amiga, disfrutando de la belleza de esta fábula romántica que narra la historia del príncipe Sigfredo quien debe elegir esposa por su 21 cumpleaños pero que termina enamorándose de una mujer-cisne (Odette) víctima de un hechizo del brujo Rothbart, y se convierte en cisne cada mañana y se vuelve humana al anochecer. Por eso, una vez que el joven le promete fidelidad a su amada, el mago emplea sus artimañas para separarles de por vida. Para ello, el brujo se presenta con su hija (Odile) en palacio, y rápidamente el príncipe se enamora perdidamente de la joven pensando que es Odette. El hechizo se romperá únicamente si ella encuentra a otra persona que jamás haya amado antes de que Sigfredo se enamore de ella. En este ballet podemos encontrar una gran lucha entre el bien y el mal y la dualidad del ser humano.
El espectáculo dividido en dos actos y con una duración de casi 2 horas hace que el espectador sienta una enorme emoción desde el minuto uno, dejándoles boquiabiertos y no es de extrañar, ya que el impresionante diseño de vestuario, la escenografía, la calidad del sonido y por supuesto el gran elenco de bailarines (conformado por cerca de una treintena) que integran la obra hacen de esta versión de Chaikovski una obra digna de repetir. Cabe destacar la gran Radamaría Duminika como la dulce Odette y Maria Poliudova como la maliciosa Odile o el propio Andrey Batalov. Pero el que arrancó los mayores aplausos fue sin duda el bufón, por su espectacularidad en los saltos y fouetées. Debido al éxito de la función, entre sus filas no se encuentran sólo españoles sino un número y creciente público de visitantes extranjeros que no quieren perderse tan maravillosa obra.
Para todos aquellos que queráis acercaros a ver esta magnífica función, deciros que para acceder a la entrada del teatro hay que subir unos cuatro escalones. Lógicamente para aquellos que van en silla de ruedas el personal del teatro colocará una rampa para que puedan acceder al recinto. Una vez dentro del teatro todo son amabilidad y atenciones por parte del personal, además todos los servicios están en la planta baja, desde los aseos para personas con discapacidad como el bar. Como siempre vengo recomendando es mejor que compréis vuestras localidades en la zona del patio de butacas ya que es más accesible y porque este teatro no dispone de ascensor para subir a las distintas plantas. La fila 24 está reservada para la persona en silla de ruedas y su acompañante, pero en este caso debéis reservar vuestra localidad por vía telefónica y recogerlas en la taquilla.
Por lo demás, sólo queda disfrutar en las cómodas butacas y dejarse llevar por la magia de este hermoso ballet, así que ya no hay ninguna excusa para decir que no has visto esta representación. Sin duda, no hay mejor plan para estas vacaciones veraniegas.
Andrómeda.