Termina el invierno y toca guardar la ropa de abrigo y buscar prendas más frescas de cara al calor que se nos avecina.
Buscamos en el armario ropa de la temporada anterior, y como dice un anuncio de Televisión “todos tenemos imposibles en el armario”; así que no nos queda otra que ir de compras.
Ante esto nos planteamos cual es el mejor momento para no encontrar mucha gente debido a nuestros problemas de equilibrio etc..
He decidido pasarme por un centro comercial un día de entresemana por la mañana, ya que en él se encuentran muchas tiendas de ropa y por la mañana espero encontrar menos gente que por la tarde o en fin de semana; con intranquilidad hasta comprobar si puedo andar con facilidad o no.
Se disipan mis miedos ya que no hay mucha gente y me dispongo a buscar la ropa que me apetece comprar. Aquí tenemos otro gran problema y son los vestuarios, la mayoría de ellos son muy pequeños y en algunos te encuentras un taburete más bien inestable por lo que es una batalla probarte unos pantalones sin perder el equilibrio.
Esto me hace recordar a los afectados varones con esta enfermedad o con cualquier otro problema con movilidad reducida, que llevan pantalones sí o sí.
Cuál fue mi sorpresa que en el establecimiento Primark, me encontré con un vestuario totalmente adaptado y muy grande; no me quedó otra que felicitarles por pensar en las personas con movilidad reducida.
Esto que debería ser normal en cualquier establecimiento y principalmente en los grandes, por desgracia cuando lo encontramos nos sorprende incluso a nosotros.
Invito a todas las tiendas de ropa a seguir este ejemplo, sé que ocupa mucho más espacio pero las personas con movilidad reducida también existimos y tenemos las mismas necesidades que el resto de la población.
Ángeles