Bordillos, escalones, aceras sin rebajar, coches que estacionan justo en el rebaje de la acera, calles estrechas, calles en cuesta, árboles en mitad de la acera, adoquines, cuartos de baño a los que se accede por una escalera interminable o no (a veces un solo escalón es una barrera infranqueable), ascensores estrechos, escaleras sin barandilla para agarrarse, rampas de autobuses que no funcionan… La lista de horrores a los que se enfrenta una persona con movilidad reducida al salir a la calle es interminable.
Por eso, frases tan comunes en cualquier conversación como ¿Vamos a tomar una caña? ¿Te apetece cenar fuera? ¡Nos pillamos dos entradas para el concierto! o ¡Te invito al teatro! Se hacen a veces tan cuesta arriba para alguien que se desplace en silla de ruedas. Viviendo en una ciudad como Madrid, donde la oferta cultural, gastronómica y de ocio es tan apabullante, todavía esa cuesta arriba se hace más empinada ya que además las distancias son mucho más grandes.
A todos nos gusta poder salir y compartir (o no) unas croquetas de esas que te transportan a casa de tu abuela, un buen pincho de tortilla –el dilema de con/sin cebolla lo dejaremos para otro post- , emocionarnos con una obra de teatro o reír con la última película que nos ha recomendado ese amigo que nunca se ríe de nada. Ese amigo que seguidamente pone cara de circunstancia y te dice que a ese cine en el que ha visto esa película no puedes ir porque no puedes acceder con tu silla de ruedas.
Las personas que impulsamos este Blog queremos reivindicar, desde este rinconcito del ciberespacio, que tener movilidad reducida no debería suponer una dificultad para disfrutar de un ocio variado y saludable. Nos proponemos dar visibilidad a nuestros problemas e informar acerca de cuáles son los mejores sitios para ir y cómo ir. Porque somos un grupo activo que queremos hacer ver que las personas con muletas o sillas de ruedas pueden disfrutar tanto o más que las personas que se desplazan sin ningún problema.
Queremos que esa frase tan manida de “esto sólo lo sabe quién lo pasa” no sea más que eso, una frase y no nuestra realidad. Por eso acompañamos este post con fotos de nuestras quedadas. En esta ocasión nos dimos una comilona en el restaurante Pepita Pulgarcita (Plaza de Manuel Becerra, 17), un estupendo local plenamente adaptado ideal para reuniones con varias sillas de ruedas y personas con movilidad reducida.
¿Te apuntas a la próxima?
Me encanta y todos deberiamos luchar por una ciudad accesible